Sin dudas el sueño es una de las actividades más importantes para las personas. Lamentablemente, existen muchos mitos sobre el descanso y es vital derribarlos para que podamos desarrollar correctamente nuestras funciones físicas y psicológicas.
La cultura popular se ha encargado de interpretar erróneamente las características del sueño y sus beneficios. Y es así que hemos interiorizado comportamientos y hábitos nada favorables para nuestro descanso.
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1. Con alcohol se duerme mejor
Esta idea está muy arraigada, pero no tiene ninguna base científica. Aunque es cierto que cuando hemos ingerido alcohol experimentamos somnolencia, empeora es la calidad del sueño.
La profundidad y el efecto reparador que se produce en el descanso normal se ven alterados porque la bebida reduce la fase REM. Este es un periodo en el que se registra una relajación muscular total y se presentan los sueños, elementales para reorganizar nuestro cerebro.
Otro efecto negativo que nos provoca el alcohol cuando dormimos, es que aumenta la probabilidad de que ronquemos y, por tanto, de que suframos apneas.
2. Mientras duermo puedo aprender cosas
Con el sueño perdemos nuestra autoconciencia, pero eso no significa que el encéfalo permanezca inactivo. En realidad, está trabajando en tareas fundamentales para procurarnos bienestar. Por ejemplo, en el descanso se fijan los conocimientos que hemos adquirido durante la vigilia. Por eso se afirma que lo más adecuado antes de presentarse a un examen, además de estudiar, es dormir el número de horas adecuado.
Sin embargo, esto no significa que la mente pueda asimilar nuevos conocimientos mientras se está durmiendo, por ejemplo una lección de inglés reproducida con MP3.
Es que mientras dormimos el cerebro ya está ocupado procesando lo que hemos aprendido durante el día como para añadir nueva información
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3. El fin de semana recupero el sueño perdido
Pasarse el fin de semana durmiendo no es una buena forma de equilibrar todo el sueño que hemos perdido, aunque puede tener sus ventajas, como reducir el riesgo de diabetes.
No obstante, hacer maratones colchoneros el fin de semana tampoco es conveniente para el cerebro. Según la invertigadora Josna Adusumilli, de la Universidad de Harvard, dormir seis horas diarias durante doce días consecutivos produce unos efectos físicos y psicológicos similares a permanecer una noche entera sin dormir. Entre otras cosas, esto disminuye un 10% la precisión motora.
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