Aún en pleno siglo XXI, existen leyes donde la mujer debe pedir permisopara decidir qué hacer con su cuerpo. Así ocurre en China, donde una mujer sesuicidó porque su familia no aprobó la cesárea. El dolor fue tan insoportable para ella que se arrojó por una ventana del hospital, y ni ella ni el bebé sobrevivieron.
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La mujer de 26 años y su bebé no nacido murieron después de que cayó delquinto piso del hospital en el que estaba recibiendo tratamiento.
Según los informes, había pedidouna cesárea porque la cabeza del bebé, que era demasiado grande para un partonatural, le causó un intenso dolor.
De acuerdo a los informes, sesuicidó cuando su familia, que bajo la ley china tenía que dar permiso, rechazósu cirugía.
En un vídeo captado por las cámaras de seguridad de la clínica, muestrasu dolor alrededor de la sala de maternidad en las últimas horas antes de sumuerte.
Se le ve caminando, ayudadapor un hombre desconocido, y cayendo al suelo por el dolor. También se le ve arrodillada en el suelo junto a otros, que parecen ser su familia.
La mujer, que supuestamente estabaembarazada de 41 semanas, no pudo permanecer sola y estaba visiblementemolesta y con dolor.
Los doctores del Hospital No 1 de la ciudad de Yulin, en la provincia deShaanxi, en el norte de China, la examinaron y determinaron que necesitaba unacesárea, ya que no podía dar a luz naturalmente porque la cabeza del bebé erademasiado grande. Pero según la ley china, no es la mujer quien decide sobre su cuerpo en dicha circunstancia, sino su familia. Como sus parientes no aprobaron el procedimiento, la mujer se arrojó por una ventana al no poder soportar el dolor.
¿Podría haberse evitado?
La mujer se lanzó desde laventana después de varias veces tratando de salir del centro médico. Su hijo no nacido también murió en el incidente. La desatención y falta de contención que la mujer recibió por parte del equipo del hospital, así como la imposibilidad legal de decidir sobre su parto, pueden calificarse como violencia obstétrica.
Las notas médicas de la mujer decían: "La mujer embarazada salió dos vecesde la sala para decirle a su familia que quería una cesárea porque ya no podíasoportar el dolor, pero la familiaseguía insistiendo en un parto natural". Nada se hizo ante esas circunstancias, y lamentablemente ese es el reflejo de lo que muchas mujeres viven en todo el mundo al momento de ser madres.
Otros casos, como la "epidemia de cesáreas" en México, son otra cara de la misma moneda. En ese caso, por comodidad del equipo médico se decide hacer cesáreas en casos en los que es viable el parto natural. Otra vez, la posibilidad de decisión de la mujer sobre su propio parto es nula.
Afortunadamente, en la dirección opuesta están las propuestas de parto respetado y humanizado que cada vez se difunden más, como respuesta a este tipo de situaciones. Pero queda un gran camino por recorrer hasta que todas las madres y los recién nacidos puedan disfrutar de un nacimiento feliz y respetado como merecen.