El término japonés ikigai reúne etimológicamente las palabras ‘ikiru’ (vivir) y ‘kai’ (la materialización de lo que uno espera), y es lo que se conoce como “razón de ser”. Puestas juntas, ambas definiciones conforman la idea de “tener un propósito para vivir”.

Esta palabra hace referencia a aquello que le da sentido a nuestra vida y reside en cada uno de nosotros. ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Para qué estamos aquí? Un concepto más complejo y abstracto que nuestra tradicional idea de la felicidad. Esta es la nueva enseñanza que podemos extraer de Extremo Oriente.

La problemática del ikigai es que, aunque todos lo poseamos, no todos lo encuentran. A algunos le llevan años, a otros solo meses, mientras que otros saben su razón de ser desde que eran pequeños.

Según la cultura japonesa, cuando has encontrado tu ikigai es imposible que no seas feliz. Has encontrado lo que le da sentido a tu vida y te levantas cada día con ganas y energía.

Este es un problema que sufren muchas personas en la cultura occidental. Pocos saben su razón de ser y, por eso, actúan como si estuviesen en piloto automático. Aunque no hayas encontrado tu ikigai por el momento, es importante que sepas que dentro de ti hay algo, una pasión o un talento al que no le has prestado la debida atención. Busca dentro de ti, ese es tu objetivo y, después, persigue tu ikigai en cada paso que des.

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La psiquiatra Mieko Kamiya explica que se trata de aquello que nos permite mirar hacia el futuro, incluso ante un presente miserable y de sufrimiento.

Cómo encontrar tu ‘ikigai’

Según los expertos occidentales que han puesto su atención en el ikigai, la mejor manera para iniciarse en esta búsqueda de un propósito es hallar una respuesta a cuatro preguntas fundamentales:

  1. ¿Qué es lo que amas?
  2. ¿Qué sabes hacer bien?
  3. ¿Qué crees que el mundo necesita de ti?
  4. ¿Por qué deberías recibir un salario?


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Para encontrar y mantener el ‘ikigai’

  1. Comienza analizando lo que tienes delante, el ‘ikigai’ no es nada sublime ni extraordinario, sino algo muy obvio.
  2. Recuerda siempre por qué ese algo especial es tan importante.
  3. Reflexiona acerca de por qué haces lo que haces. Quizás odias a tu jefe y a tu trabajo, pero al llegar a casa tienes una familia maravillosa que explica todo ese esfuerzo y sacrificio.
  4. Tómate tu tiempo para decidir. Es importante encontrar una pareja, un empleo o unas amistades que conecten contigo. No es una tarea fácil y no se consigue tampoco en unos pocos días.
  5. No seas egoísta en la persecución de tu ‘ikigai’. Puedes tener muchas aventuras fuera de la relación con tu pareja, pero quizás con estas actitudes estás destruyendo todo aquello que te rodea.
  6. El ‘ikigai’ es siempre frágil. Puede ser que ames a tu pareja con locura, pero puede ocurrir también que por mil motivos mañana no esté ahí. Todos pueden verse afectados por la desgracia y tú no eres más especial que nadie.
  7. Revisa tu ‘ikigai’ de vez en cuando. Lo que es fundamental para ti con 20 años puede no serlo con 40.


El entorno también es algo muy importante. Rodearnos de naturaleza y dar paseos por ella, cuidarnos de tener amistades sanas a nuestro alrededor y ser positivo ayudará a tu ikigai. Muchas veces, nos quejamos o mantenemos a nuestro lado a personas tóxicas… ¿Para qué?

Puedes probar con practicar mindfulness o algún tipo de meditación. Quizás descubras lo que le da sentido a tu vida cuando menos te lo esperes.