Al momento de decidir bajar de peso y reducir el abdomen, las opciones que se presentan son muchas, pero no todas ellas son saludables. Por eso debes tener precaución, y priorizar, ante todo, opciones naturales que no dañen tu bienestar.
Tan sólo respirando y repitiendo este ejercicio, que te llevará tan sólo 10 minutos diarios y que no implica un sobreesfuerzo de ningún tipo, se podrían perder hasta 13 kilos en 50 días.
Conoce el origen de este ejercicio y cómo funciona el método.
Orígenes del método
Aunque pueda parecer que el origen de lo que se conoce como “oxigercicio” provenga de un estudio detenido de la anatomía humana y de técnicas para perder peso, lo cierto es que es fruto de la casualidad.
El actor japonés, Miki Ryosuke se aquejaba de diversos problemas de espalda, que incluían unos fuertes dolores. Para poder tratarlos los médicos le recomendaron una serie de ejercicios básicos de respiración para poder fortalecer la zona lumbar y abdominal a fin de evitar dichas molestias.
El resultado fue el efecto secundario del ejercicio que le indicaron los doctores para el dolor de espalda. Hacer este ejercicio le toma al japonés tan solo 2 minutos al día.
Método japonés para quemar la grasa abdominal rápidamente
Riyosuke bautizó este ejercicio como la dieta de la respiración prolongada. La técnica consiste de adaptar cierta postura, hacer una inhalación de tres segundos, y luego una exhalación de siete.
La mayoría de los doctores europeos apoyan el uso de los ejercicios respiratorios para bajar de peso y explican su eficiencia de esta manera: la grasa consiste de oxígeno, carbono e hidrógeno. El oxígeno que inhalamos, llega a las células de grasa y las descompone en partes (carbono y agua). Por lo tanto, cuanto más oxígeno usan nuestros cuerpos, más grasa quemamos.
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Cómo hacer el ejercicio
Para la primera postura deberemos colocar un pie adelantado. Dejaremos caer la mayor parte del peso de nuestro cuerpo sobre el otro pie, por lo que tan sólo usaremos un 10% de nuestra masa sobre el primero de nuestros apoyos.
Luego comenzaremos a inhalar aire, llenando nuestros pulmones, durante un periodo de 3 segundos de forma pausada e ininterrumpida. Una vez nuestro cuerpo esté oxigenado comenzaremos a levantar nuestros brazos mientras exhalamos el aire durante otros 7 segundos.
Mientras realizamos este proceso, tendremos que apretar constantemente los músculos de los glúteos, para poder garantizar un ejercicio correcto. En el caso de este paso tendremos que repetir el proceso durante un periodo de entre 2 y 5 minutos cada día.
Durante el proceso de expulsión del aire tendrás que mantener en tensión todos los músculos del cuerpo para garantizar que el oxígeno hace su efecto en todo el cuerpo, por lo que recomendamos imaginarnos que estamos apretando fuertemente con un sobreesfuerzo. El segundo ejercicio te permitirá también mejorar el rendimiento.
El segundo paso que deberemos realizar procederemos de nuevo a apretar los músculos de los glúteos. En esta ocasión tendremos que colocar una mano delante del abdomen y la otra en la parte trasera de la espalda. Procederemos a inhalar aire durante 3 segundos y, de nuevo, exhalar durante 7 segundos, igual que el ejercicio anterior.
En este caso tendrás que concentrar tu fuerza en el estómago, por lo que mientras expulsas el aire deberás apretar los abdominales con fuerza. También tendremos que realizar este ejercicio durante un periodo de entre 2 y 5 minutos diarios.
Los especialistas aseguran que este método fortalece los músculos del tronco y acelera el metabolismo.
Recuerda que para que el ejercicio tenga efecto se debe repetir todos los días. Considerando que sólo te ocupará un periodo de entre 4 a 10 minutos diarios no supone un esfuerzo grande y se puede realizar en cualquier espacio sin necesidad de ningún accesorio adicional.
Como no implica una variación de la alimentación ni un ejercicio excesivo, no supone un riesgo para la salud y, de hecho, gracias a su bajada de peso supondrá un beneficio notable físico.