Con el paso de los años, y beneficiado por ciertos malos hábitos, la piel empieza a perder elasticidad. Esto se ocasiona por la deficiente formación de colágeno y elastina en la piel.
Aunque es un proceso natural que se acentúa con la edad, hay algunos factores que aceleran esta pérdida de elasticidad, y que si quieres revertirla deberías tener en cuenta. Como la mala alimentación y el sedentarismo, entre otros.
Así que, en primer lugar y como siempre, cambiar tus hábitos alimenticios y realizar ejercicio de manera regular te ayudará a mejorar la elasticidad de la piel.
Pero hay otros métodos que ayudan a reafirmar la piel flácida de todo el cuerpo. Estos son los 4 más efectivos.
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1. Baños de agua fría
Ducharse con agua caliente es un verdadero placer, sobre todo en invierno. Pero, ¿sabías que no es bueno para tu piel?
El agua caliente reseca la piel y favorece la flacidez y la aparición de arrugas a temprana edad.
En cambio, ducharse con agua fría ayuda a conservar la firmeza de la piel. Además, como mejora la circulación, también permite que la piel, así como todos los órganos, esté mejor oxigenada y por lo tanto luzca más saludable.
Si te parece difícil empezar a bañarte definitivamente con agua fría, puedes intentarlo sólo algunas veces por semana.
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2. Huevo
El huevo contiene enormes propiedades beneficiosas para la salud de la piel. Las proteínas que contiene ayudan en la reparación de tejidos.
Por otra parte, es un alimento rico en luteína, compuesto químico que ayuda a mantener la piel hidratada y elástica.
Hay muchas aplicaciones del huevo en la piel. Quizá la más sencilla es batir una clara de huevo a punto nieve y aplicarlo como mascarilla.
Aunque principalmente se usa en el rostro, puedes aplicar esta loción de huevo a punto nieve en cualquier parte del cuerpo y notarás importantes cambios.
3. No olvides la exfoliación
Exfoliar tu piel de manera regular no sólo elimina las células muertas y la hace lucir más clara y sana.
También elimina toxinas perjudiciales para la salud dermatológica y, además, mejora la circulación. Esto ayuda a que la piel esté suficientemente oxigenada y, por lo tanto, se restituya más rápidamente.
Puedes usar el cepillado en seco para exfoliar la piel todos los días. Esta técnica, además de favorecer tu piel, eliminará el 25% de todas las toxinas de tu cuerpo.
Sino, puedes usar cualquier exfoliante natural, como azúcar y avena mezcladas con tu jabón habitual, o cremas exfoliantes que adquieras en la farmacia.
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4. Cuídate del sol
Sabemos que un poco de exposición solar diaria es necesaria. No sólo mejora el ánimo. También permite que el cuerpo genere vitamina D, esencial para una vida saludable.
Pero abusar del sol es súper dañino para la piel. Los rayos ultravioletas van secando la piel, y hacen que de a poco el colágeno natural vaya desapareciendo. Se pierde así hidratación y por lo tanto, la piel se vuelve cada vez menos elástica y más flácida.
En los peores casos, abusar de la exposición al sol puede traer problemas más graves, como quemaduras de 2do grado, y favorece el cáncer de piel.
Por eso, es importante evitar la exposición al sol en las horas más intensas (de 12 a 16 hs., aprox.) y usar siempre protector solar. Especialmente en el rostro, que se expone al sol sólo por caminar, debería usarse protector solar todos los días, incluso en invierno.