¿Alguna vez te preguntaste qué podría pasar en tu cuerpo si dejaras de comer pan? Seguro lo pensaste para bajar de peso, pero el impacto de este cambio en la dieta va mucho más allá de eso.
Inicialmente, el trigo es rico en vitaminas. Pero todos los nutrientes, durante el procesamiento del grano y la elaboración de la harina, simplemente desaparecen. La harina blanca de calidad superior retiene solo el 30% de las sustancias útiles y pierde sus propiedades beneficiosas en dos semanas.
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Si bien el pan tiene nutrientes como granos de trigo, vitaminas y minerales, además de ser una rica fuente de vitamina B, en el caso del pan procesado, se encuentran aditivos y conservadores. Y ya sea hecho en casa o de fábrica, tiene carbohidratos: todos estos ingredientes juntos pueden provocarte ciertos problemas en la salud si se consumen en exceso.
Lo que sucede en el cuerpo al dejar de comer pan
1. Diminuye el nivel de triglicéridos
Los carbohidratos refinados del pan incrementan los triglicéridos. Distintos estudios comprobaron que comer pan a diario puede traer problemas cardíacos o diabetes. Es por ello que, al consumirlo esporádicamente o sacarlo por completo de tu dieta, estos riesgos se reducen.
2. Baja la grasa en el cuerpo
Comer pan o cualquier otro alimento hecho a base de harina promueve la acumulación de grasa, principalmente en el abdomen. Al dejar de consumirlo diariamente y combinarlo con un poco de ejercicio, la energía acumulada en forma de grasa desaparecerá.
3. Efectos secundarios en el cerebro
Los hidratos de carbono también influyen en nuestro correcto funcionamiento cerebral, puesto que el glucógeno protege las neuronas, aunque en su justa medida. Según diferentes estudios, el exceso de glucógeno puede matarlas, mientras que el defecto las deja desprotegidas en situaciones de escasez de oxígeno.
Por otro lado, al ir desapareciendo estas reservas, nuestro cuerpo genera más acetona y un exceso de este compuesto químico puede causar molestias como sequedad en la boca, mal aliento, mareos e incluso insomnio.
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4. Se eliminan los antojos
Los carbohidratos del pan -como los azúcares- pueden crear dependencia. Al eliminar el pan de la dieta, se eliminan los carbohidratos que no permiten la saciedad y que generan una necesidad de seguir comiendo. El consumo en exceso también puede provocar complicaciones como hiperactividad, síndrome premenstrual y enfermedades cardiovasculares, entre otros.
5. Descartar toxicidad
En el mundo moderno el trigo se cultiva a gran escala. Para aumentar la producción y hacerla más rápida, se lo rocía con pesticidas, y para deshacerse de los roedores y hongos, se trata con diferentes compuestos químicos. Pero eso no es todo. Para que la harina sea más blanca, los fabricantes usan las mismas sustancias para su blanqueo que para el lavado de ropa: peróxido de benzoilo, pirosulfatos de sodio y calcio y dióxido de cloro. Siempre debes averiguar si el pan que compras está hecho de harina refinada u orgánica. La refinada pasa por todas las etapas del procedimiento descrito anteriormente.
La experta en nutrición Fernanda Alvarado recomienda incluir panes que aporten más de 3 gramos de fibra por porción y consumir, preferentemente, de tipo artesanal. En cuanto a las personas que lo eliminan de su dieta, deben cuidar sus ingestas de vitamina B y de fibra y complementar con ácido fólico.
Y tú, ¿estás dispuesto a eliminar el pan de tu dieta?
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