Todos los cuerpos son completamente diferentes, especialmente si hablamos del vientre de cada uno. Aunque todos podamos coincidir en tener cierto grado de grasa localizada en la barriga, lo cierto es que cada uno tiene un tipo de pancita distinta y requiere de diferentes maneras para lograr reducirla.

Si aún no sabes distinguir cuál es tu tipo de pancita y cuál es la mejor manera para aplanarla, observa las siguientes formas de cada una e identifica cuál es la tuya para ponerte en forma.

1. Pancita de estrés (la grasa se acumula en el área del ombligo)

Identificación:
Este tipo de panza suele corresponder a personas demasiado perfeccionistas. También se vincula con problemas digestivos tales como el intestino irritable, que puede causar hinchazón. El abdomen suele ser bastante duro al tacto y el peso se encuentra alojado en el diafragma y la zona umbilical. Esto se debe a que el estrés hace que nuestro cuerpo produzca cortisol, hormona que responsable de que el cuerpo se aferre a la grasa de la zona del estómago.

Causas:


Consejos:

  1. Tienes que dormir bien. La falta de sueño interrumpe la producción de la leptina, la hormona que es responsable de la regulación del metabolismo y el hambre.
  2. Aprende a relajarte antes de ir a dormir. Trata de hacer ejercicios de respiración o meditación.
  3. No te agotes físicamente. Los entrenamientos cardiovasculares excesivos en el gimnasio aumentan el nivel de cortisol. Es mejor hacer yoga o nadar.
  4. Incluye magnesio en tu dieta. Este mineral “calmante” se encuentra en verduras de color verde oscuro, nueces y salvado de trigo.
  5. Antes de ir a la cama, practica yoga, estiramientos, escucha música relajante o bebe té de manzanilla, esto reducirá el nivel de cortisol y ayudará a tu cuerpo a relajarse.

2. Pancita del amor

Identificación:
Este tipo de panza suele ser característico en aquellas personas que llevan una vida sedentaria, probablemente como consecuencia de trabajos de oficina que las mantienen mucho tiempo detrás de un escritorio. También es posible que corresponda a quienes mantienen un vínculo emocional con los alimentos azucarados. Suele estar acompañada de grasa en las piernas y en la zona de las caderas.

Causas:


Consejos:

  1. Reduce el consumo de alcohol.
  2. Revisa tu dieta: come huevos y si comes carne que sea magra y pescado. Come muchas verduras y grasas buenas como aguacates, nueces y pescado graso.
  3. Practicar deportes. No es necesario pagar una suscripción anual al gimnasio; basta con dar un largo paseo cada día, 20 minutos de gimnasia activa u otra actividad física.

3. Pancita baja (la grasa se acumula en la parte baja del vientre)

Identificación:
Suele asociarse a quienes tienen carreras exigentes y vidas ocupadas. Puede corresponder a personas adictas al gimnasio, que por estar atrapadas siempre en la misma dieta y rutina de ejercicios, no logran reducir la parte baja del abdomen.

Causas:


Consejos:

  1. Come alimentos con mucha fibra: verduras de hoja verde, pan con salvado y otras fuentes naturales de fibra.
  2. No hagas sentadillas, si no estás seguro de que las estás haciendo correctamente.
  3. No sobrecargues la columna vertebral.
  4. Bebe más agua.

4. Pancita de mamá (apareció después de dar a luz)

Identificación:
Corresponde a mujeres que han dado a luz en los últimos años y tienen poco tiempo para sí mismas. Es necesario volver a entrenar el piso pélvico y bajo vientre para aumentar el flujo de sangre y fortalecer los músculos flojos.

Causas:


Consejos:

  1. Incluye aceite de pescado en tu dieta.
  2. Trata de comer las grasas adecuadas y saludables: nueces, aceites vegetales y aceitunas.
  3. Haz los ejercicios de Kegel: aprieta y luego relaja los músculos pélvicos de 15 a 20 veces diarias.

5. Pancita inflamada (en la mañana el vientre parece plano, pero durante el día se inflama)

Identificación:
Suelen ser panzas que se ven planas por la mañana pero se hinchan durante el día. Esto es producto de intolerancias alimentarias, alergias o intestinos perezosos que resultan de una dieta pobre.

Causas:


Consejos:

  1. Evalúa tu dieta. La mayoría de las veces la gente no tolera alcohol, dulces, levadura o lácteos.
  2. Come muchas verduras frescas, carne, pollo y pescado. Abandona los cereales y productos de panadería por un corto tiempo, y mira si te hace sentir mejor.
  3. Mastica bien los alimentos y bebe mucha agua.
  4. La hinchazón puede ser un signo de disbiosis. Si además del vientre hinchado tienes otros problemas digestivos, te recomendamos visitar a un
    médico.