Cuando la eyaculación va acompaña del orgasmo se produce un relajo de tal magnitud que lo primero que da es sueño. También es probable que por los neurotransmisores que se liberan al llegar al clímax, sientas ganas de abrazar a tu pareja o contemplarla mientras descansa.
Es importante diferenciar el sueño que siente el hombre tras una relación íntima que cuando se masturba, ya que la relación sexual en sí hace que se liberen del cerebro un coctel de químicos que no se activan con la masturbación. Esto puede deberse a que en el sexo hay un intercambio de placer y sensaciones que en la masturbación no existen.
El especialista de sueño de la revista Men’s Health, Cristopher Winter, refiere que existe una hormona que es la entera responsable de ese efecto de bello durmiente, se trata de la prolactina, que durante el sexo suprime a la dopamina, que es la que nos mantiene despiertos. Aunque esta hormona está presente tanto en hombres como en mujeres, no se produce en la misma cantidad, por eso cuando tu pareja eyacula, libera más prolactina y se queda dormido.
Aunado a lo descrito anteriormente está el hecho de que entre las sábanas también se libera oxitocina, conocida como la hormona de la felicidad, que es capaz de borrar de tu mente cualquier preocupación, por lo que el estado de relajación y bienestar aumenta.
Si a todo este ambiente digno de un spa le sumas una luz tenue, casi apagadita, estás enviando señales a tu subconsciente de que se acerca la hora de dormir, y a eso los hombres sí que responden mucho más rápido.
Para evitar que se quede dormido
- No apaguen la luz
- Pueden darse un baño al terminar
- Párense de la cama
dato curioso
Una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Michigan y la Universidad de Albright en Pensilvania (EEUU), arrojó que quedarse dormido tras un encuentro sexual es un indicativo de que existe fortaleza dentro de la relación.
El doctor Daniel Kruger, quien dirigió el estudio, indicó que se evidenció un mayor deseo de vinculación emocional en aquellas personas cuyas parejas se dormían primero. De hecho, los participantes cuyas parejas se durmieron al finalizar el sexo tenían fuertes deseos de abrazar y conversar después, en comparación con aquellas cuyas parejas se mantuvieron despiertas.
Fuentes: