Definitivamente un mundo sin niños, no tendría el  mismo sentido y alegría que tiene hoy en día. Son ellos portadores de inocencia, travesuras, simpatía, ingenio, creatividad y le inyecta una gran dosis de motivación a nuestra vida, es la vitamina para nuestro diario vivir.

Y es que a ellos se les permite todo, ellos no piensan dos veces cuando tienen que decir algo, no saben de mentiras ni de engaño, son genuinos y osados en sus respuestas, se atreven a lo desconocido y se enfrentan a adversidades o peligros sin ni siquiera entenderlo.

Es con el transcurrir del tiempo y al ir creciendo, que van comprendiendo como es todo en este mundo, y empiezan a desarrollar perspicacia y sabiduría. Cosas que con estímulo y amor, los hace avanzar y adquirir conocimientos sorprendentes que solo en la infancia pueden absorberse de manera significativa.

Precisamente por ser inocentes e ingenuos, nos ponen en circunstancias algo incomodas en ocasiones. Pueden hacernos sentir muy orgullosos o hasta extremadamente avergonzados, no tienen filtros y emiten sus opiniones sin reparo.

Las maestras bien que saben de lo que estamos hablando, ellas diariamente tienen que lidiar con niños de diferentes edades y comportamientos. Tienen la  habilidad de conocerlos muy ampliamente, pero al igual que tu o que yo, pueden quedar boquiabiertas en cuanto acciones o decisiones de los más pequeños.

La historia que les vamos a narrar a continuación tiene un poco de lo que venimos hablando, donde finalmente concluye una profesora frente a la respuesta de uno de sus alumnos, que este había respondido de manera muy poco inteligente.

La profesora pregunta a Luis:

¿Cuánto son dos gatos, más otros dos y otros dos más?

Luis responde:

Son siete, profesora

Ella vuelve a insistir y pregunta:

Luis por favor dime ¿cuánto son dos gatos, más otros dos gatos y dos gatos más?

Luis inste que el resultado es, siete gatos

La paciencia de la profesora estaba por perderse y vuelve a preguntar

Luisito pon mucha atención:

¿Si tengo dos manzanas, te regalo otras dos y te doy otras dos manzanas más, cuantas tienes en total?

Seis, profesora. Contesto Luisito

Profesora:

¡Oh por fin que bien ya has entendido!, ahora entonces dime ¿cuántos gatos tienes en total, si te regalo dos gatos, tú tienes otros dos y te dan dos gatos más?

Luisito contesta: siete profesora

La profesora molesta le dice:

Por favor Luisito ¿de donde sacas tu que son siete gatos?

Luisito contesta:

Y le parece poco profesora, ¡sumando el maldito gato que tenemos en casa y que me tiene loco con todo su desorden!

¿Te parece esta una respuesta tonta? Al contrario este pequeño le demuestra su sinceridad e inteligencia.

Los niños son lo más bello y ellos con sus ocurrencias alegran nuestra vida, ¿verdad?