El respeto y consideración que como humanos todos nos merecemos debe prevalecer en toda relación. Es lamentable que con pretextos absurdos y tontos seamos capaces de agredir o maltratar verbalmente a otra persona, si estas son las bases para iniciar una nueva relación amorosa, indudablemente debe terminar mal.
El matrimonio de Betsy Ayala era de esos pocos que hoy en día se pueden apreciar, vivían armoniosamente ella, su esposo y su pequeña hija, pero la felicidad que reinaba en su hogar prontamente tomó un rumbo inesperado y una sombra ensombreció los 17 años que habían construido, un imperio empezó a desvanecer.
Todo empezó cuando Betsy accidentalmente pudo comprobar en el teléfono de su esposo que él le era infiel y lo peor de todo no era eso, pudo leer desgarradoramente todas las burlas que hacían sobre ella, la tildaban “de gorda, de vaca”, todo por culpa del sobrepeso que acompañaba a la desafortunada esposa.
Después de dar a luz para Betsy fue imposible regresar a su peso, había intentado varios métodos para recuperar su figura, pero hasta ahora ninguno había dado resultado, por eso le dolían tanto las palabras y ofensas de la dichosa pareja.
Su familia fue pieza clave para que esta mujer no cayera en depresión, a pesar de su tristeza, ella debía luchar por su pequeña y no podía darse el lujo de sentarse a llorar.
En busca de ayuda recurrió a terapias que la ayudaran a canalizar su sufrimiento, fue una travesía tortuosa, lagrimas y mucho pero mucho dolor tuvo que experimentar en este proceso, donde le dieron las herramientas necesarias para fortalecerse y darle inicio a su nueva vida, una vida nueva y que su niña se sintiera orgullosa, de la madre que tenía.
Betsy tomó las riendas de su vida y se entusiasmo por cambiar drásticamente su aspecto, inicio muy juiciosa y constante rutinas diarias de entrenamiento, cambio de hábitos alimenticios y una dosis de amor propio significativa, donde su hermana fue su aliada, quien la entusiasmo cuando ella decaía.
Realizar ejercicio físico le favoreció a Betsy para vencer la ansiedad, incluyo caminatas, gimnasia y pesas, una rutina que surtió efecto, el peso que ella había ganado, se había quedado en el sudor y en el movimiento, lucía una figura esbelta y muy llamativa, comenzó a dar clases de gimnasia y a ser el ejemplo para muchas mujeres que se rinden en el primer intento.
Ella ahora se siente satisfecha de lo que es y cómo se siente, agradece a la vida por la dura experiencia que vivió junto a su ex esposo, ya que sin el episodio tan desagradable que ella tuvo que vivir junto a él, quizás hubiera continuado ganando peso y su vida no sería tan fabulosa como lo es hoy en día.
Nunca debemos olvidar de lo valiosos que somos y así tengamos pareja y creamos que vivimos en un cuento de hadas, debes cuidarte y recordar que tú vales, cuida tu alimentación, tu aspecto y quiérete cada día más.
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