“Si hay magia en este planeta, está contenida en el agua”, dijo Loran Eisely. Y es que el reconocido antropólogo y ecologista tenía mucha razón con esta frase, ya que una de las grandes maravillas del mundo son las cascadas que la Madre Tierra se ha encargado de crear.
Si lo tuyo es la aventura sin límites, acá te dejamos una selección de seis majestuosos saltos de agua ubicados en espectaculares parajes que deberías visitar al menos una vez en la vida.
1. Cataratas de Iguazú
Esta espectacular caída de agua se encuentra sobre el río Iguazú y está formada por 275 saltos. Este regalo de la Madre Naturaleza separa la nación argentina de la brasileña. La primera posee aproximadamente un 80 por ciento de los saltos, mientras que, la segunda tan solo un 20 por ciento.
En este paraje puedes disfrutar de paseos en barca a los pies de las cataratas, y, además, existen servicios de trenes ecológicos con los que puedes llegar hasta sus orillas en el interior de los dos parques nacionales del Iguazú. Ambas reservas fueron declaradas respectivamente como Patrimonios de la Humanidad en el año 1984. Según testimonios de viajeros, las mejores épocas para visitarla son en otoño y primavera.
2. Cataratas del Niágara
Las cataratas del Niágara están situadas en el río homónimo y constituyen una de las fronteras naturales más ostentosas del planeta, sirviendo de separación entre EE.UU. y Canadá. Están formadas por un conjunto de enormes cortinas de agua de aproximadamente 64 metros de altura.
El origen de esta hermosa cascada data de la época glaciar. Un enorme pedazo de hielo que avanzó destrozando las superficies rocosas de toda la zona canadiense hasta crear el río que da nombre a esta obra maestra natural.
Este paraje con más de 400 años de historia cuenta con un auténtico imán natural, atrayendo en los 365 días a más de 30 millones de personas, según refiere el portal Visita el Niágara. Pero este destino oculta algunas curiosidades que lo hacen aún más especial.
Las Cataratas del Niágara nacen por la unión de tres saltos de agua representados por las caídas canadienses, americanas y las del Velo de Novia, esta última proveniente de Estados Unidos. Las tres producen un volumen de agua de media de 110.000 m³ por minuto, que equivalen al salto de 3.000 toneladas de agua por segundo. Ninguna otra catarata en el planeta mueve un caudal tan elevado.
3. Cataratas Victoria, Zimbabue y Zambia
Fueron descubiertas en 1855 por el explorador y misionero escocés David Livingstone, quien decidió llamarlas como la reina Victoria de Inglaterra. Estas cataratas, junto al río Zambeze, hace las veces de división política entre Zimbabue y Zambia. Están protegidas en ambas regiones y, por ello, forman parte de sendas áreas de conservación a ambos lados del canal: el Parque Nacional de Mosi-oa-Tunya y el Parque Nacional de las Cataratas Victoria.
Declaradas por la Unesco como monumento natural en el año 1989, tienen una anchura de casi dos kilómetros y una altura de 107 metros. Reconocidas bajo el apodo de “humo que truena”, sus corrientes caen en picado desde una cima vertical de casi 60 metros de altura provocando un ruido atronador. No es recomendable visitarlas durante la temporada de lluvias ya que se producen inundaciones que imposibilitan la visualización de la cortina de agua.
4. Salto Ángel
Para ver este fenómeno de la naturaleza tan solo es necesario trasladarse al Parque Nacional de Canaima (Venezuela), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Se trata de la cascada más alta del planeta con una caída de 979 metros, por lo que se ha convertido en una de las mayores atracciones turísticas de América. De hecho, participó en la selección oficial de las Siete Maravillas Naturales del mundo quedando como finalista.
Sus aguas se precipitan con fuerza inusitada y gran estruendo desde 105 metros de altura y se pueden contemplar desde arriba y desde abajo en una grata excursión que ofrece una panorámica maravillosa. No es fácil llegar a la ubicación de Salto Ángel, primero se debe hacer una parada en un campamento en el Parque de Canaima, uno de los puntos de partida de las aventuras en el río de selva.
A pesar de ello, los turistas más aventureros tienen la oportunidad de sobrevolar la zona en una avioneta o navegar por la zona más alta a través de los ríos Churún y Carrao. Dicho parque cuenta con tres millones de hectáreas, siendo la sexta mayor área protegida de todo el mundo. Debe su nombre al aviador estadounidense Jimmie Angel, por el reconocimiento y fama mundial que éste le dio en los años 30.
5. La Cascada de Dettifoss
Esta catarata con más de 2.500 años de antigüedad se alimenta de los deshielos y fusión de ríos usualmente congelados. Dettifoss es una anchísima caída ubicada en el Parque Nacional Vatnajökull (Islandia), nombre que responde al glaciar del que parte. Es el salto de agua más caudaloso y de mayor volumen en todo el territorio europeo, ya que alcanza los 100 metros de ancho. En ese sitio, los arcoíris suelen ser frecuentes sobre el precipicio, cuando los rayos del sol se combinan con el rocío del agua.
6. Cataratas Ban Gioc-Detian
Otra cascada fronteriza, en este caso entre China y Vietnam, en el río Quây Sơn. Si bien no están entre las más grandes, el espléndido entorno que las rodea las coloca sin duda entre las más asombrosas. El río es pintoresco, con extensos pastos y verdes bosques llenos de vitalidad y armonía. El agua que cae se mezcla con las nubes esponjosas del cielo y el panorama invita a la reflexión y el descanso. Además, en las proximidades podemos visitar el cañón Tongling, de 1000 metros de largo por 200 metros de ancho.
¿Que te parecen estas maravillas? ¿has visitado alguna?
Fuentes: