El huevo es uno de los alimentos más consumidos del mundo. Existen tantas formas de prepararlo que se ha convertido en uno de los ingredientes que no pueden faltar en la cocina.
A diferencia de lo que sucede con ciertas frutas y verduras, la cáscara del huevo no nos deja verificar inmediatamente si está fresco. Para saber si es apto para su consumo, tenemos que recurrir a métodos alternativos.
A continuación te mostramos algunos trucos muy rápidos y efectivos que te permitirán determinar si un huevo está fresco en solo unos segundos.
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Agita el huevo
Toma el huevo crudo y agítalo. Si escuchas que la yema golpetea la cáscara, entonces está en mal estado.
Ponlo en un vaso con agua
Para este método solo necesitarás un vaso con agua y el huevo. Será mejor que el vaso sea transparente para facilitar el proceso, y que te comas el huevo inmediatamente después, porque el agua acelera su descomposición.
Coloca el huevo en el vaso y observa su posición para determinar su frescura.
- Se hunde rápidamente
Si se hunde rápido y se mantiene "acostado" a lo largo en el fondo, el huevo es fresco.
- Se hunde lento y se queda parado
Si el huevo se hunde lentamente y al tocar fondo se mantiene elevado en posición vertical o inclinada, el huevo no es del todo fresco, pero aún así lo puedes comer.
- No termina de hundirse
Si se queda flotando sin terminar de tocar el fondo, el huevo ya está en mal estado, aunque algunos creen que en este estado aún se lo puede comer.
- Flota sobre la superficie
Si se queda flotando en la superficie del agua, está completamente podrido y no es apto para consumo. Esto sucede porque los gases liberados por la materia orgánica en descomposición inflan el huevo desde adentro.
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Ábrelo e inspecciona su yema
Para este método tendrás que romper el huevo y observar el estado de su yema y clara. Lo mejor es verterlo sobre una taza honda pequeña para observarlo con mayor comodidad.
- Yema bien definida
Si la yema es dura, bien definida, abultada y de color anaranjado intenso, entonces el huevo está fresco. Adicionalmente, la clara debe tener los límites bien definidos y debe ser espesa como si fuera gelatina.
- Yema rota
El huevo está a punto de ponerse malo cuando la yema está rota y su color se vuelve pálido en vez de intenso. A medida que el huevo se descompone, la clara se volverá más y más líquida, así que también debes prestarle atención.
- Yema sólida o adherida a la cáscara
Si la yema está dura cuando abres el huevo o se quedó adherida al interior de la cáscara, entonces el huevo está más que podrido. El olor es también bastante característico y la clara estará como agua.
Cuando el huevo está duro
Si no hiciste estas pruebas con anticipación y cociste el huevo sin probar su frescura, aún algo que puedes hacer. Córtalo por la mitad y observa si la yema está centrada y la cámara de aire es pequeña. Si es así, el huevo está en buen estado. Pero si la yema está hacia la cáscara y la cámara de aire es grande, entonces está podrido.
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Es importante que sepas que los huevos empiezan a caducar cuatro semanas después de haber sido puestos, y a partir de la sexta semana su consumo no es recomendable.
¿Qué te parecen estos trucos para medir la frescura del huevo? Cuéntanos en los comentarios y comparte con tus amigos.
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