Todos conocemos el refrán que dice “la esperanza es lo último que se pierde”. La historia que estamos a punto de contarte le hace honor a esta gran frase llena de sabiduría.
Esta mujer tuvo que ser amputada de sus cuatro extremidades pero, gracias a su lucha diaria en continuar su vida con paciencia y empuje, luego de 5 años llegó el esperadísimo trasplante de manos. ¿Quieres saber más?
Corinne Hutton, de Escocia, visitó al médico por una tos que, luego de varias semanas, no la dejaba en paz. Le recetaron antibióticos pero tampoco pudieron ayudarla. A la mañana siguiente a su consulta en el hospital, su estado empeoraba y comenzó a sangrar.
Claro que se dirigió a visitar a otro médico pero de camino, se desmayó y tuvo que ser llevada a urgencias por una neumonía aguda. Sus pulmones estaban inundados y el virus ya había causado sepsis. En este cuadro, Corinne tenía menos de un 5% de posibilidades de sobrevivir.
Gracias a la ayuda de su familia, Corinne sobrevivió a todas sus operaciones, pero sus piernas y manos no pudieron salvarse.
Corinne, pese a las dificultades, trata de vivir su vida al máximo. Dedica su vida a una organización benéfica que fundó para apoyar a los amputados en todo el Reino Unido y se ha convertido en la primera mujer con una amputación cuádruple en alcanzar la cima del Monte Kilimanjaro.
La vida te devuelve el doble de lo que tú le das
La buena nueva que circuló recientemente, es que Corinne recibió la excelente y esperada noticia: aparecieron las manos adecuadas para ella. Sin siquiera pensarlo, y luego de cinco años, la escocesa pasó por el quirófano y los pronósticos parecen excelentes. En base a lo que compartió en sus redes, ya pudo mover sus nuevos dedos.
Esta clase de historia nos dejan pensando cada vez que salen a la luz. Nuestra actitud es la clave ante cualquier adversidad. La templanza es nuestra mejor aliada a la hora de esperar. La esperanza, sin dudas, es lo único que se pierde.