El perro tiene un lenguaje corporal muy amplio. En muchas ocasiones vemos a uno morder y pensamos que lo ha hecho de repente, sin previo aviso, pero él ya ha avisado antes de hacerlo y de forma repetida.
De hecho, si constantemente lo hemos corregido cuando gruñía, no sería extraño que lo elimine de su lenguaje por miedo a represalias.
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En muy raras ocasiones, un perro que muerde no ha dado antes ninguna señal de aviso. En etología canina, a eso se le llama agresividad impulsiva y es la más complicada de tratar porque resulta imprevisible. Muchas veces, su causa es orgánica y no propia de su comportamiento.
Pero por lo general, un perro que muerde lo hace porque ha avisado que algo le estaba incomodando y sus señales de aviso han sido ignoradas. Es muy importante que sepas reconocerlas para evitar accidentes.
Las 7 señales de lenguaje canino que anticipan una mordida
La especialista en comportamiento canino Turid Rugaas identifica siete signos básicos de estrés que pueden ayudar a anticipar una mordida.
1. Conductas de desplazamiento
Una de las señales que da un perro antes de morder es el desplazamiento. Cuando comienza a ponerse nervioso no para de rascarse y empieza a olfatear el suelo de un sitio a otro. En estos casos habrá que tranquilizar al animal para que el estado de nerviosismo no avance.
2. Señales de calma
Bostezar, lamerse los labios, mirar hacia otro lado, volverse hacia otro lado, moverse lentamente.
Estas conductas serían asimilables a las que realizamos los humanos cuando nos encontramos incómodos ante una situación. Todas esas acciones a las que apenas les prestamos atención indican que el animal se siente nervioso y excitado.
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3. Signos de estrés
Jadeo, pupilas dilatadas, ojos abiertos, son señales muy evidentes. También la sacudida del cuerpo para liberar tensión y adrenalina, el sudor en las patas, temblor y la piloerección (el pelo del lomo se eriza).
Según Turid Rugaas, cuando las conductas de desplazamiento o las señales de calma o apaciguamiento no funcionan, la tensión del perro frente a la amenaza se incrementa. Se prepara para la huida o para el ataque.
4. Focalización
En este punto, si el perro aún no ha conseguido neutralizar la amenaza y se siente acorralado, comienza a prepararse para el ataque. Ya no emite más señales de desplazamiento ni señales de calma. Cierra la boca y se mantiene inmóvil, enfocado en su amenaza.
5. Preparación para el ataque
En esta instancia, el perro gruñe y enseña los dientes. Aunque esto es parte del lenguaje canino que casi todo el mundo entiende, hay que tener especial cuidado en el caso de las interacciones entre niños y perros. Algunos pequeños se confunden al creer que un perro está sonriendo cuando muestra los dientes.
6. Embestida
El paso final, como podemos imaginar, es la embestida y la mordida. En estos momentos el perro se avanzará y atacará para defenderse ante esa situación amenazante. Si se llega a este momento es porque no se le ha prestado mucha atención al animal.
7. Mordida
El perro termina atacando para defenderse (o defender aquello que él cree que le pertenece) de la amenaza.
Ahora que ya lo sabes, te recomendamos que siempre estés muy atento a los movimientos del animal y a todos sus gestos, parta evitar posibles accidentes.
Enseñarle a un perro que muerde a usar otra estrategia diferente a la agresividad frente a las posibles amenazas que percibe en el entorno, pasa por saber percibir las señales de lenguaje canino que emite.
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