Las fabulas de princesas que hoy en día conocemos son versiones dirigidas a un público infantil, llenas de dulzura y ligereza. Luciendo narraciones que no incluyen eventos traumáticos. Sin embargo, este no es el caso de la verdadera historia de Rapunzel, que no es del todo mágica.
Su oscuro trasfondo se considera inapropiado para personas sensibles, y sobre todo para la inocencia de un niño. Pero dándole un giro a la historia, surge el cuento que todos conocemos de Rapunzel. Una amable y hermosa princesa que creció en una torre después de ser robada por una malvada bruja cuando era tan solo una bebe.
Engañada por un falso discurso de amor y protección, la dulce joven se mantenía alejada de la civilización. Mientras la hechicera que decía ser su madre, se beneficiaba de los maravillosos poderos de la cabellera que poseía la princesa. Hasta que un día, un apuesto príncipe logra rescatarla de su encierro y son felices por siempre.
Versión de los hermanos Grimm
La fábula a principios del siglo XIX no era tan noble como la popular historia actual. Estos escritores crearon una versión menos agradable, mostrando que la protagonista vivía en una constante amargura durante su encierro, a causa de maltratos que no cesaban.
En un intento por librar de su triste estado, el príncipe decide sacarla del lugar. Pero los hermanos de Rapunzel lo atrapan, evitando el rescate. Finalmente lo golpean y arrojan de la torre, para luego sacrificar a la joven.
Historia de Blanche Monnier
Por suerte, los hermanos Grimm no se inspiraron en ninguna historia real para ilustrar su cuento. Sin embargo, una desafortunada joven sí vivió una historia similar por más de 25 años.
Blanche Monnier era una muchacha que pertenecía a una familia de clase alta en Francia. Su belleza la hacía distinguirse del resto de las jóvenes de su misma edad, esto hizo que Louise, su madre, la sobreprotegiera de los hombres. Soltera y sin pretendientes, a los 27 años se le comenzó a catalogar como una mujer “quedada”.
Prontamente apareció un abogado protestante de la época que se interesó en Blanche. Infortunadamente, a su madre no le parecía que este hombre estuviera a la altura de su hija. La joven rogó mucho a su familia con la esperanza de que le dieran su aprobación, sin embargo, lo que recibió un castigo.
Dentro de una habitación de la casa encerraron a Blanche, para someterla a constantes abusos físicos y emocionales. Alimentada con sobras de comida y dejándole una cabellera que le llegaba hasta los tobillos. Cerca de cumplir 52 años, su padre muere y los sirvientes de la casa que sabían de su estado inhumano decidieron enviar una carta anónima a la policía.
Y el 23 de marzo de 1901, miembros del cuartel irrumpieron la casa de los Monnier para acabar la historia de tortura que vivía Blanche. La familia fue detenida y después de muchos años, esta mujer puedo volver a sonreír.
Su historia fue reconocida en la novela de André Gilde la cual llamó: “La secuestrada de Poitiers” ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1930.