8 pasos para tener una familia feliz según la ciencia
“Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”. Así inicia una de las novelas más importantes en la historia de la literatura. León Tolstói abre “Ana Karenina” con una gran verdad y es que, ¿quién vive en una familia perfecta? Todos podemos hablar de lo increíbles que son nuestras familias, pero también sabemos que existen secretos, resentimientos, peleas y algunas cosas que preferimos enterrar en lo profundo de la memoria. La familia es lo más importante y las relaciones son las más fuertes que conoceremos, tanto que a pesar de todos los problemas antes mencionados, la felicidad más grande casi siempre se experimenta cuando estamos rodeados de nuestra familia.Durante décadas, psicólogos y sociólogos se han dedicado a observar y analizar el comportamiento de las familias y aunque sus resultados siempre están abiertos a más investigaciones e interpretaciones, al respaldarse en estadísticas y experimentos, estas conclusiones de la ciencia pueden decirte cómo llevar una vida familiar mucho más feliz. La comunicación es esencialMientras más barreras existan en la comunicación entre niños y adultos, más pesimistas e inseguros serán los jóvenes. La brecha es aún mayor si se trata de un padrastro. Cuenta la historia de tu familiaLas familias que conocen sus orígenes son más propensas a cuidarse entre ellas. Los adultos que hacen que sus hijos conozcan de dónde vienen, cuáles son sus raíces y qué han hecho sus antepasados suelen tener un vínculo más grande con su familia cuando crecen. Habla desde el corazónLos niños pueden ser difíciles y muchas veces es más fácil enseñarles de forma fría y objetiva cómo son las cosas, pero si no dejas que tu paciencia y razón se acaben, debes saber que la mejor forma de transmitir valores es de una forma que ellos se sientan queridos y comprendidos. Parece algo obvio e insignificante, pero estas son las cosas que muchas veces influyen en las opiniones políticas de la gente cuando crece. Acepta el cambioEstudios han demostrado que la gente que es considerada “rígida” y cerrada al cambio tiene 39 % menos posibilidades de comunicarse de forma real con su familia y 27 % menos posibilidad de sentir cercanía. Cuando creces toda tu vida con ciertas ideas, debes recordar que al comenzar una nueva familia, tus hijos crecerán en un mundo completamente distinto y que tal vez lo que siempre has creído, en realidad puede ser abierto a debate. Ser positivos hace la diferenciaCuando los tiempos son difíciles, ver el lado positivo de las cosas no sólo te hace más fuerte y capaz de enfrentar el problema, también te convierte en un superhéroe para tus hijos. Se ha demostrado que si los padres de familia se muestran fuertes en estas situaciones, reducen el nivel de estrés en toda la familia hasta en un 60 %. Busca la justicia, no la razónDiscutir para ganar argumentos y demostrar tener la razón puede incrementar tu ego, pero si tu familia te ve más como alguien que no busca tener la razón, sino como alguien que busca hacer el bien, sobre todo el bien común, te querrán mucho más. Hablen de las cosas difícilesSe ha demostrado que las madres que hablan con sus hijas de problemas personales y hasta financieros son hasta un 37 % más cercanas que las relaciones madre/hija que no tienen contacto sentimental. Deja que tus hijos elijan lo que hacenNo significa que tu hijo puede decidir no ir al escuela o no integrarse en una actividad, aliéntalos a hacerlo, pero dales la libertad de hacer lo que realmente los hace felices. Si tú eres un amante del fútbol, pero tu hijo decide optar por natación, respeta su decisión y verás lo que es una verdadera cara feliz. Mantener una familia feliz es paradójico. Por una parte sólo debes actuar con sentido común, pero por otro, parece que todo es relativo y que nunca seguimos el orden establecido. Recuerda que nuestro instinto también nos guía y que a veces debemos hacer caso de lo que sentimos, más de lo que pensamos, para el bien de nuestra familia, porque a final de cuentas, realmente nadie sabe qué es lo que está haciendo.