Un paramédico de 46 años se convirtió en una de las víctimas de coronavirus más jóvenes de Italia. Diego Bianco falleció durante la noche del viernes en su casa en Montello, Lombardía, que compartía con su esposa y su hijo de 8 años.
El especialista trabajaba para el servicio de ambulancias de emergencia en la región norte de Italia. Su muerte ha atraído atención internacional sobre la vulnerabilidad de los paramédicos en el país, quienes enfrentan un alto riesgo de estar expuestos a COVID-19 durante sus turnos.
El segundo fallecido más joven en Italia
El periódico italiano Corriere della Sera informó que el centro de operaciones del servicio de emergencia de Bianco fue desinfectado inmediatamente después de que le diagnosticaran el nuevo coronavirus.
Algunos de sus colegas también recibieron instrucciones de aislarse después de que ellos también mostraran síntomas asociados con el virus. La situación se está manejando con extremo cuidado, ya que la región norte de Italia, donde trabajaba Bianco, ha visto más de mil muertes por casi 12 mil casos de la pandemia.
Los colegas del paramédico fallecido afirmaron que estaba médicamente bien antes de su muerte y que su ocupación requería que su salud fuera "monitoreada constantemente". Uno de los colegas de Bianco, Davide Brescancin, instó a los funcionarios a proteger a los paramédicos, ya que corren el riesgo de exponerse a COVID-19 durante sus turnos.
"Lo que más nos preocupa es el descuido con el que los rescatistas son abandonados a su destino", dijo. Según Mirror, Brescancin agregó que los rescatistas, que están constantemente expuestos al virus, no están seguros.
"Pero el final rápido y terrible de Diego podría sucedernos a muchos de nosotros si no cerramos todo de inmediato, establecemos un ingreso de cuarentena y detenemos todo tipo de producción", advirtió Brescancin.
Se cree que Bianco es la segunda persona más joven en morir por el virus en Italia. Un hombre de 38 años sería el más joven.
La esposa de Bianco, Maruska Capoferri, reveló al medio L'Eco di Bergamo que unas horas antes de su muerte, le había dicho que no se preocupara. "Puedes irte a dormir, querida, no voy a morir. Solo necesito encontrar una posición cómoda para conciliar el sueño", expresó.
La pareja durmió en habitaciones separadas, y cuando Capoferri regresó para ver a su esposo alrededor de las 5.30 a.m, su condición había comenzado a empeorar. Capoferri reveló que después de que su esposo experimentara problemas respiratorios, le dio un masaje cardíaco mientras esperaba que llegaran los servicios de emergencia.
Aunque los paramédicos llegaron 20 minutos después e hicieron todo lo posible para salvar a Bianco, lamentablemente falleció.
Capoferri declaró que su esposo, que anteriormente había trabajado en un hogar de ancianos, dedicó toda su vida a ayudar a otros, y agregó que "era su misión".