Jesús explicó con palabras y acciones que lo que sana al mundo es el amor. Él no espera que siempre estemos de acuerdo con la gente, pero sí que las amemos tal y como son .
Él dijo: Ámense los unos a los otros como yo los he amado, no solo deben ser una luz para nosotros, sino una llama que queme nuestra alma.
Aquellas personas que realmente creen en las lecciones de este ser de luz son los que tienen los valores bien arraigados en su corazón y saben que Él nunca aprobaría comportamientos como estos:
1. Destruir al prójimo
Jesús dejó claro que debemos hacer el bien sin ver a quién. Amar todos los seres vivos como a sí mismo es el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad. Ayudar desinteresadamente y reaccionar con silencio ante la ofensa son las actitudes de las almas nobles que realmente entienden su palabra.
Piensa en que no tiene sentido ayudar a un mendigo, si le damos la espalda a nuestros amigos y familiares. El buen corazón de Jesús cedió mucho a cambio de casi nada.
2. Falta de respeto a otras religiones
¿De qué sirve la oración si tenemos ira en nuestros corazones contra los que tienen otras creencias? Cada uno tiene su propia manera de alcanzar a Dios, que significa amor, bondad, comprensión y perdón. Lo más importante es hacer el bien y respetar la libre elección de todo el que nos rodea.
3. Herir a otros en el nombre de un Dios
No hay forma de justificar a una persona que hace daño a otra bajo ninguna circunstancia, la imagen y enseñanzas de un Dios solo deben ser utilizadas para hacer el bien. Si Jesús amó a la gente, no hay razón para que los hombres fomenten el odio entre ellos.
4. Odio por la diferencia
Jesús, que era hijo de Dios, fue capaz de predicar amor y nuca odio, aun con sus brazos atravesados en la cruz, abogó por el perdón y nunca por la venganza. Debemos respetar a quienes llevan un estilo de vida diferente. Tu corazón se enfermará si dejas que el odio se apodere de él, aleja este sentimiento de ti y dale cabida al amor, así nunca habrá lugar para los prejuicios.
5. Creer para ir al cielo
Cuando Jesús dice: “Creed en mí y abriréis las puertas del cielo”, no quiere decir que debamos tener una religión. Todos estamos dentro de la villa del Señor, pues Dios es amor y lo importante para estar en su regazo es creer en los buenos sentimientos y extenderle nuestra mano a quien la necesita.
6. Crímenes en las Iglesias
Frente a todo lo que Jesús predicó es inaceptable que seamos testigos de crímenes en cualquier iglesia. Es vital ser tolerantes con los que creen en otros dioses o en cosas diferentes a las que nosotros creemos. No estamos practicando el amor si nos dedicamos a destruir templos que son importantes para otros.
Está bien creer en la palabra de Jesús, sin embargo no debe quedar en una simple creencia, nuestro comportamiento va de la mano con las enseñanzas del Todopoderoso. Hay mucha gente enmascarando su maldad usando la religión, sin saber que Dios siempre podrá ver lo que habita en nuestras almas. Por lo tanto, antes de amar tus creencias, ama a la gente. Porque si alguien es incapaz de respetar al prójimo, no es la religión lo que le falta, sino el amor en su corazón.
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