El mundo es maravilloso y somos los seres humanos los que nos encargamos de dañarlo, pues
presumimos de lo que no somos y carecemos, como lo veníamos comentando. Y es algo que se evidencia en nuestro día a día, podemos escuchar tantas barbaridades que al parecer ya hacen parte de nuestro vocabulario y simplemente se van quedando en tus labios, algo que debemos empezar a corregir.
Whitney Huntwork pudo experimentar en carne propia lo que comentábamos anteriormente, se vio vilmente señalada por un hombre que sin consideración alguna
, le gritó repugnante, todo porque esta joven mujer estaba amamantando a su bebé en un sitio público, quiso avergonzarla, pero ella no se intimido y al contrario le dio una buena lección.
Las mujeres que son madres deben alimentar a sus pequeños, ellos sienten hambre y simplemente piden . Lo indignante aquí, es que sea precisamente un hombre quien grita a esta mujer, ofendiendola tan salvajemente. Una ofensa que se multiplica a diario, pues al parecer las personas están dispuestas a ver desnudos e imágenes algo fuera de orden en todo momento, pero cuando se trata de una madre amamantando a su hijo es algo que muchos no toleran.
Cómo criticar o satanizar
un acto tan hermoso y especial, como lo es la de amamantar. Lo especial que es ese momento para madre e hijo, la unión que se evidencia en el infante y su madre no tiene comparación.Pues Whitney con toda su valentía y molestia, le escribió una carta a ese hombre,
manifestándole su disposición de alimentar a su pequeño en el sitio que a ella le provoque, le aclaro que es la mente del hombre la enferma y retorcida para juzgar una situación tan normal y que no lo va a dejar de hacer, por lo tanto si él no desea ver una escena de esta nuevamente, simplemente que se encierre en su casa y no salga.
Una carta que redactó la chica con toda su furia y con la más clara respuesta para todos aquellos que no están de acuerdo con el hecho de ver amamantar a un bebé. Esta carta ha
sido compartida más de 150 mil veces, logrando viralizarse en pocos días.“Sea en una tienda, un supermercado, una librería, el teatro, el museo, el estacionamiento o el lugar menos inimaginable, podrías mirarme fijamente y no me incomodará en lo más mínimo. Sin importar el lugar, si mi bebé me lo pide yo lo alimentaré y si no te gusta tener que observarme el pecho ¡ese es tu problema! Yo sólo deseo alimentar a mi bebé pero tú estás más centrado en ver otra cosa, podrás decir que para ello existe el biberón pero biberón o teta son la misma cosa, ambos son comida. ¿Enserio crees que estoy cometiendo un delito? Pues anda, toma nota y corre a contárselo a mami, sácame una fotografía y exhíbela si crees que la del problema soy yo y no tú. ¿Acaso te gustaría que los demás se metieran en tus asuntos? Quizás con ayuda podrías resolver tus problemas. ¿Si tú me calificas como ¨repugnante¨, que adjetivo crees merecer tú? ¿En verdad has considerado que sólo busco llamar la atención? Tal vez si tengas serios problemas pues mi prioridad es mi bebé, no el resto de la gente con doble moral.”
Ha sido increíble el apoyo que la madre ha recibido y seguramente después de esto,
nadie reprochara un acto tan natural y bello, como es el de amamantar.