Su historia suena como una pesadilla que comenzó como algo que parecía inofensiva diversión. Luego de que la joven Luisa Fernanada Buitrago se realizara un tatuaje, sucedió algo completamente inesperado que cambió su vida: la joven asegura que una bacteria se instaló en su médula ósea. Esta bacteria la hizo perder la sensibilidad en las piernas y la ha confinado a una silla de ruedas.
Al momento de realizarse el tatuaje, Luisa estaba embarazada, y el tratamiento que le salvó la vida tristemente se cobró la de su futuro hijo.
[También podría interesarte: Tatuajes que solo se harían las personas que tienen una misión espiritual en la vida]
Su vecino le cobró 13 dólares por hacerle un tatuaje, y en menos de 2 semanas estaba hospitalizada.
“Empecé con un dolor de espalda, sentía hormigueo en los pies, se me inflamó el estómago, no sentía las partes íntimas”, así describió los primeros síntomas a un diario local. Tras los estudios médicos descubrieron que contrajo una bacteria que le afectó el nervio ciático y la medula espinal, lo que le ocasionó pérdida de sensibilidad en las piernas.
Las numerosas terapias y cirugías que se ha realizado no la han ayudado a recuperar la sensibilidad, sin embargo, otras mejorías se han dejado ver.
La joven colombiana está a punto de someterse a otra cirugía en octubre, que tendrá el costo de 14 millones de pesos. Como fruto de su experiencia, Luisa recomienda siempre verificar los lugares en los que se van a realizar modificaciones corporales como tatuajes o piercings, y tener el consentimiento de los padres en caso de que sean menores de edad.
Si bien este caso es “uno en 1 millón”, es importante tener claros los posibles riesgos de una mala práctica por parte de los especialistas a los que nos sometemos, y tener garantías de que estamos tratando con un verdadero profesional.
[También podría interesarte: Un tatuaje de henna la dejó cicatrizada para siempre: un caso para tener en cuenta]
Fuente: