¿Cuándo fue la última vez que mantuviste una larga conversación con otra persona sin mirar tu teléfono celular? ¿O la última ocasión en que disfrutaste de una actividad con amigos o con la familia sin necesidad de registrarla y publicarla en las redes? No lo recuerdas, ¿cierto?

En este escenario, cada vez toma más importancia un grupo pequeño que se está transformando en tendencia. Se trata de personas que se relacionan con la tecnología de forma distinta. Son los llamados minimalistas digitales, una serie de individuos que no sufren el famoso FoMo (fear of missing out, el miedo a perderse algo) cuando se desconectan de su teléfono móvil o de las redes sociales.

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Cómo utilizar la tecnología de un modo más consciente

Estas son algunas de las estrategias para seguir el camino de los minimalistas digitales y comenzar a darle a la tecnología, un uso más consciente:

Conserva únicamente aquello que te aporte algo fundamental. También debes identificar cuáles sirven solo para distraerte, interrumpirte o hacerte perder el tiempo para poder eliminarlas.

Si te das cuenta de que estás sobrepasando tus propios límites, puedes utilizar alguna aplicación para bloquear temporalmente el móvil, como por ejemplo Freedom.

Para dormir mejor y para dedicar más tiempo de calidad a las personas con las que convives o a ti mismo.

Una de las cualidades más adictivas del mundo digital es lo que los psicólogos denominan “recompensas invisibles”, como explica Tanya Goodin en Off. Como no tenemos la certeza de cuándo llegará el próximo mensaje, texto o “me gusta”, consultamos la pantalla de manera compulsiva a la espera del subidón de dopamina que experimentamos cuando recibimos una notificación. Y es que recibir algo inesperado nos produce un gran placer.

Una forma de superar esto en el mundo real es redactar y esconder una nota para una persona a quien queramos, con quien convivimos o con quien trabajamos. Un simple trozo de papel con un mensaje que diga: “buen trabajo”, “te quiero” o simplemente “hola”. Firma tu nota y ocúltala para que después el destinatario la encuentre.

Es mucho más imprevisible recibir una nota escrita que un mensaje de texto, de modo que con ese trocito de papel le estarás regalando algo muy valioso y placentero al destinatario.

Guárdalo en un armario el viernes por la noche y no lo vuelvas a mirar hasta el lunes por la mañana.

Evita el uso del ordenador o el iPad durante los fines de semana y prioriza las actividades de ocio analógicas. Si no puedes permitirte vivir sin él durante la pausa semanal, debes plantearte la posibilidad de comprar un “móvil tonto”, esto es, un aparato que sólo permita realizar y recibir llamadas.

¿Estarías dispuesto a probar estas estrategias? ¡Cuéntanos!