Hay una historia que cuenta que las brujas eran mujeres sabias, empoderadas, que se reunían con otras mujeres, gozaban de su sexualidad y sabían utilizar a la perfección plantas como herramienta medicinal para ayudar a sus hermanas. Como ves, ser bruja no es nada malo, como quisieron hacernos creer. ¡Todo lo contrario!

Aunque nos hemos acostumbrado a pensar en brujas con narices grandes, verrugas y otras caricaturas de Halloween, ser "bruja" hace tiempo atrás no era nada simpático como esto: implicaba un grandísimo peligro de muerte. Bajo esta figura, muchas mujeres fueron perseguidas y asesinadas.

"Para asesinar a estas mujeres no era necesario presentar pruebas, solamente con hacer el señalamiento verbal bastaba y no existía opción de defensa. María Mies califica estos hechos como 'el femicidio institucionalizado más grande de la historia'", explica Beatriz Mora.

Asimismo, para el sistema religioso, esas mujeres eran "inmorales" o "herejes". La realidad hoy nos muestra que ser bruja es todo un halago. Para saber si eres o no parte de este grupo poderoso, te ofrecemos cuatro características de la bruja contemporánea.

1. Eres muy sensible pero tienes carácter

Te encuentras en contacto con tu costado emocional, eres empática y sensible. También sabes aconsejar y escuchar a tus hermanas mujeres. Pero esto no quita que puedas defenderte y mostrar tu carácter cuando alguien quiere meterse contigo o con tus amigas.

2. Eres una hechicera innata: valoras lo natural sobre lo químico

Así de simple: prefieres lo natural. Sabes reconocer el valor de las plantas y la naturaleza para cuidar tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. En tu casa no faltan los cristales energéticos, algún aceite o cremas con ingredientes orgánicos para toda ocasión en que tú o alguna amiga lo necesite.

3. Te reúnes con otras mujeres para compartir rituales y experiencias

Con esto nos referimos a tu participación en círculos de mujeres, sanaciones de úteros, encuentros femeninos, o simplemente eres de esas mujeres que siempre está dispuesta a poner su casa como punto de encuentro para hablar sobre nuestro mundillo de ser mujer.

4. No te asusta el patriarcado

Eres cien por cien consciente de la existencia de este sistema que aún nos limita y oprime como mujeres, pero eso, al igual que las brujas de antes, no te asusta. De hecho, todo lo contrario. Ya no te escondes, no ocultas quien eres ni tampoco tratas de disfrazar tu poder femenino. Cada vez te sientes más segura de que el camino es empoderarse, y que eso nunca es una tarea solitaria, que esto se emprende de una manera colectiva ya que nuestra experiencia es muy valiosa para alguna compañera, como también las vivencias de las demás mujeres en marcha.

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Fuente:

The minds journal