El mundo se encuentra actualmente en una seria crisis en cuanto a la perdida de los valores morales se refiere, a veces por andar tan encapsulados pensando solo en nosotros mismos llegamos a olvidar que a nuestro alrededor se encuentran personas a las que podríamos ayudarles a tener un mejor día
brindándoles tan solo un buen gesto de nuestra parte.Esta es la historia de María, una chica de Texas que trabajaba de mesera en un restaurante, quien experimentó un increíble cambio en su vida tras vivir una situación que no esperaba. Todo comenzó cuando un vagabundo llegó al restaurante en donde trabajaba,
este hombre fue rechazado por la mayoría de los presentes debido a su mal aspecto .A pesar de la apariencia tan descuidada y el mal olor que tenía el vagabundo, María no hizo caso a esto y se acercó para tomar su orden como si se tratara de cualquier otro cliente, brindándole una excelente atención acompañada de una sonrisa amable en su rostro.
El vagabundo se sorprendió al ver que alguien por fin lo trataba de manera digna.Al observar esta situación el gerente del restaurante, le comunicó a María que a pesar de que iba a permitir que el indigente se quedara, debía saber que en caso de que aquel sujeto no tuviera los medios para pagar su pedido, se lo descontarían inmediatamente a ella, ante lo cual, María acepto sin pensarlo dos veces.
Cuando el hombre terminó de comer,
María se acercó a él y de manera muy cordial le dijo que no se preocupara por la cuenta, que esta vez ella pagaría, el vagabundo sonrió levemente mientras asentía con la cabeza, y una vez terminó de comer, se retiró del restaurante.
Al dirigirse María a limpiar su mesa, se encontró con una increíble sorpresa, en uno de los platos,
el vagabundo le había dejado 100 dólares de propina junto a una nota escrita en el reverso de una tarjeta en donde le decía lo mucho que admiraba su gentileza, y que nunca cambiara esa hermosa cualidad por nada, pues esta le traería cosas muy positivas a su vida.
Aquella tarjeta en donde estaba escrita esta nota era nada más y nada menos que del dueño del restaurante,
éste se había disfrazado de vagabundo para poner a prueba a todos sus empleados, María fue la única que pasó la prueba, por lo cual, su gran nobleza le hizo ganar un ascenso como gerente del restaurante una semana después.
Esta bella historia nos demuestra que cuando actuamos con el corazón y sin esperar nada a cambio, pueden suceder cosas realmente increíbles, tanto para nuestras vidas así como para las de los demás.