Helen era una mujer que a diario tenía un gran reto, recuperar el amor de Edward, su esposo, y no precisamente porque éste no la amara, lo que sucede es que este hombre de 75 años
sufría de Alzheimer desde hace tiempo y su estado empeoraba cada vez más.Tanto llegó a ser el deterioro de la memoria de Edward que su esposa todas las noches antes de irse a dorm
ir colocaba carteles por toda la casa, los cuales contenían el nombre de las cosas así como su uso , esto lo hacía en caso de que su esposo llegara a necesitar recordar algo mientras ella estuviese durmiendo.En ocasiones al Edward perder el conocimiento se quedaba en un lugar fijo con la mirada perdida, llegando en otros casos a presentar ataques de demencia, por lo cual,
Helen a través de su profundo amor se encargaba de tranquilizarlo y hacerlo volver a la realidad.Esto siempre funcionaba, tras Helen contarle a Edward quién era, lo tanto que se amaban así como los años que llevaban juntos y los hijos que tenían, éste volvía a recordar todo y volvía a sentir el amor que existía entre ambos, sin embargo, su mirada además de reflejar gratitud mostraba tristeza y frustración por lo que le hacía vivir esta enfermedad.
Una tarde Helen salió rápidamente a hacer unas compras mientras su esposo se encontraba distraído mirando la televisión,
para su sorpresa, cuando regresó a casa éste no estaba en donde lo había visto por última vez, tras buscar desesperadamente lo encontró dando un paseo por el jardín mientras su hija lo cuidaba.Habiéndose tranquilizado se dispuso a limpiar la casa, en medio de la faena encontró una carta que le llamó bastante la atención, pues ésta iba dirigida hacia ella y la había escrito su esposo,
la carta decía lo siguiente:Para mi amada HelenAquella que siempre me cuida y escribe tantos carteles por toda la casa para que yo no me pierda, en estos momentos te estoy viendo dormir, y veo que luces tan hermosa como aquél día en que tuve la dicha de conocerte.Te escribo esta carta en caso de que mañana me levante sin poder recordar cuanto te amo, te confieso que esto me aterra profundamente, pues sé que en cualquier momento perderé por completo la memoria, es por esto que a través de estas líneas te quiero agradecer por tu infinita paciencia y tus cuidados, así como por el amor incondicional que siempre me has dado.Quien te ama con todo su corazón, Edward.
Esta hermosa historia nos demuestra que el amor verdadero siempre estará presente ante cualquier adversidad.