Podemos colapsar si vemos que el vestido que más nos gusta se ha manchado, o si el cabello no nos ha quedado como queríamos, para muchos de nosotros estos son
motivos para deprimirnos y sentir que nos ha pasado lo peor del mundo entero.Pero como se nota que en verdad no hemos afrontado situaciones difíciles y extremas y por eso nos reducimos ante estas simples tonterías. No hemos visto más allá de nuestros propios intereses y hemos olvidado que afuera existen
infinidad de personas con problemas reales y quienes con valentía y gallardía asumen y enfrentan su situación.
Una lección que debemos aprender luego de conocer la historia de
Qian Hongyan, una pequeña niña que fue abandonada al nacer, pues sus padres notaron que la niña no tenía piernas y esto al parecer no les gusto, al límite de dejarla sola y a su suerte.Una niña que a pesar de sus circunstancias ha sido una guerrera, no se avergüenza de cómo luce y no le pone límites ni barreras a sus deseos,
ella ama la vida y eso se evidencia en su diario vivir. Para suerte de Qian, al ser
abandonada por sus padres biológicos, fue adoptada por un matrimonio muy humilde,
donde le sobraba a la niña amor y cuidados. Ellos sabían que la niña necesitaba ayuda para desplazarse y su padre le hizo con una
pelota vieja de baloncesto y con un poco de madera, un aparato para que ella pudiera movilizarse por sus propios medios.Las imágenes de la
Basketball Girl, como muchos las llamaron se viralizaron, y muchas personas hicieron donativos a la familia, algo que ayudó a la jovencita para que pudiera viajar a Beijing y recibir unas prótesis adecuadas que la ayudaran a caminar.
Es asombroso que pese a sus condiciones físicas esta pequeña haya llegado a ser
Campeona Nacional de los Juegos Paralímpicos Nacionales en el año 2009, sin contar la cantidad de medallas que ha coleccionado durante todo su trayecto, y un merecido reconocimiento a tanto esfuerzo que hoy en día la ponen en un sitio privilegiado
, pues en la actualidad es multimillonaria.Su consigna es no rendirse y aunque no ha sido fácil manejar, no se ha opacado ante nada y su mayor premio es su satisfacción, saber que ha podido, que lo ha logrado y también de esta
manera agradece a sus padres haberle dado un hogar y apoyarla cuando más lo ha necesitado.
Hoy en día luce unas
piernas hechas exclusivamente para ella. Así luce aún más encantadora y bella.Historias como la de Qian es sin duda el más claro ejemplo de que
cuando se quiere se puede, y que sirva para que todos comprendamos que somos capaces si en verdad no lo proponemos.
¿Te ha gustado esta historia? ¿Conoces a alguien tan brillante como Qian?