Dolor, irritación, color, olor. Tu vagina se “queja” de diferentes formas. Además de estar atenta a los cambios de tu cuerpo para evitar posibles infecciones, es importante que aprendas a entenderte ya que estas variaciones pueden impactar en tu ánimo diario. Descubre a continuación algunos mensajes habituales con sus soluciones para estar más al tanto sobre ti misma.
1. LA LENCERÍA GENERA ALGUNAS REACCIONES
¿A veces sientes más flujo que otras? Esto puede deberse a millones de causas, por ejemplo la mala o buena alimentación. Además, uno de los orígenes más frecuentes de estos cambios puede originarse en tu cajón de tu ropa interior. Los tejidos sintéticos, por su composición, son más alergénicos y al estar todo el día en contacto con tus partes íntimas, generan reacciones. Opta por ropa interior 100% algodón ya que facilita la “respiración” de la zona y evita que se acumule humedad innecesaria. Asimismo no contiene productos químicos a los que puedes ser alérgica.
2. EXESO DE LIMPIEZA
¿Sabías que la vagina tiene mecanismos para limpiarse sola? Bueno, ahora lo sabes.. ¡somos increíbles! Es por esto que, los geles corporales agresivos o las duchas vaginales destruyen nuestra flora natural que la protege. Al higienizarte “por demás”, las bacterias malas, hongos y protozoos pueden entrar en tu vagina y provocar irritaciones. Las ginecólogas recomiendan usar jabón neutro y evitar productos que limpian la vagina, salvo que te lo indique el médico.
3. ¿QUÉ TAL EL LAVADO DE TUS PRENDAS?
Es simple: la vagina respira. Y por ello, necesita hacerlo de una manera eficiente. Si además de utilizar lencería que imposibilita esta respiración, utilizamos un detergente o suavizante con altos contenidos químicos, podrías sentir más irritación o escozor. Es mejor que elijas detergentes que no contengan demasiados tintes o perfumes.
4. PRECAUCIÓN CON LOS LUBRICANTES
El lubricante es un súper amigo a la hora del sexo, sufras o no sequedad vaginal. Sin embargo, no todos los lubricantes irán bien con tu zona íntima. Lo ideal es usar un lubricante acuoso e isosmolar, ya que posee la misma concentración de sales que tus propias células.
5. OJO CON EL LATEX DEL PRESERVATIVO
¿Luego de tener relaciones sientes irritación, ardor genital, inflamación o infección? Contempla la alergia al preservativo. De hecho, es más común de lo que crees ¿o sólo piensas que a los hombres podía generarle molestias? Una buena recomendación, además de comentárselo a tu ginecólogo, es probar las marcas que no llevan latex.
6. ¿CÓMO SE LAVA CORRECTAMENTE?
Lo más recomendado es no utilizar esponjas ya que pueden ser un nido de gérmenes. Usa tus dedos y pasalos con suavidad por los pliegues, alrededor del clítoris. Recorre ambos labios con un poco de agua al momento de bañarte.
7. ¿TAMPONES, COMPRESAS O COPA MENSTRUAL?
Todos los médicos te dirán que los tampones son mejores que las compresas. ¿Sabes por qué? Fácil: las compresas facilitan el paso de gérmenes entre ano y vagina. Ahora, también es real que los tampones contienen millones de sustancias químicas que tu vagina “respirará” sin parar durante los días de tu período. Una excelente opción para tu salud vaginal es la copa menstrual. Investiga sobre ella y consúltalo con tu ginecóloga. Su uso es muy cómodo y su forma se alinea con nuestra anatomía de manera natural.
8. EL FLUJO VAGINAL NO PARA DE HABLARTE
Tener flujo es normal, pero debes fijarte en los cambios que presenta en color u olor. Si el flujo es blanco y no huele mal, seguramente estés ovulando. Si es blanco, espeso y la zona está enrojecida, podrías tener hongos vaginales. Si es grisáceo y con olor muy fuerte, quizá tengas una infección por bacterias. Si es amarillo o verde, y te pica por sobremanera, podrías tener una infección causada por parásitos.