Cuando alguien llama nuestra atención de 'manera especial', queremos tener todo bajo control: desde el pelo perfecto hasta las zapatillas intactas. No vaya a ser que nos tachen de guarros.
Pero una vez que comenzamos la relación y vamos en serio, nos dejamos llevar. Nos mostramos tal como somos. O bueno casi, porque hasta que no nos tiramos un pedo dicen que no hay confianza en la pareja y que una vez que expulsamos el gas, va todo como la seda, oye. Pero cuesta dar el paso, o mejor dicho tirarse el primer pedo.
Para aquellos que sufren del estómago porque se aguantan los gases por no pasar verguenza delante de su pareja: tranquilos. Porque además de que es **algo natural (**absolutamente todos nos tiramos pedos), y todos los días, según un estudio no sólo se afianza la relación sino que también vivirás más. Como lo lees, oler los pedos de tu pareja te alargará la vida matrimonial y tu propia salud. Casi nada.
Los beneficios de oler flatulencias
Va muy en serio. El componente de los gases que soltamos mejora nuestro sistema inmunológico y disminuye ciertas enfermedades. Así que huele con atención porque si lo haces estarás reduciendo el riesgo de padecer cáncer, infartos, artritis y hasta demencia. Con lo cual, cuanto más estéis en pareja y más pedos os atreváis a compartir, mejor salud tendréis.
Se preguntarán qué llevan los pedos para ser tan beneficiosos y es el sulfuro de hidrógeno, que regula la inflamación y aumenta la producción de sangre protegiendo las células que se ven dañadas por las enfermedades mencionadas.
Así que cuando se te escape un pedete no te asustes y asúmelo porque estarás 'dándole' años de vida a quien más quieres. Y si él o ella se avergüenza explícale los beneficios que tiene para los dos expulsar los gases, te dará las gracias cada vez que se te escape uno. Eso sí, mejor que la relación no se convierta en una batalla campal de gases porque hay algunos que huelen muy mal y tampoco es cuestión de intoxicarse, sino de compartirlos en su justa medida. No abusar ni ser egosísta.