Los lunares o nevos son tumores benignos en la piel que se forman cuando las células pigmentadas (melanocitos) crecen agrupadas. Uno de los cánceres más frecuentes hoy día, es el de piel. Las causas principales se engloban entre las condiciones climáticas y sobre exposición del sol. Con el objetivo de prevenir su aparición, te informaremos cómo identificar los lunares malignos o peligrosos.

La mayoría de los nevos comunes pueden estar presentes desde el nacimiento y aparecer durante la niñez. Estos pueden seguir formándose en las personas hasta cerca de los 40 años de edad, presentando finalmente entre 10 a 40 lunares comunes.

¿Cuál es el aspecto de un lunar normal?

El Instituto Nacional del Cáncer explica que, un lunar común tiene menos de 5 milímetros de ancho. Es redondo u ovalado, con una superficie lisa y un borde definido. Normalmente, presenta forma de cúpula. Además, tiene un color rosado o castaño uniforme en las personas de tez blanca. Las que tienen el cabello y la piel oscura poseen nevos más oscuros.

Relación con el cáncer

El cáncer de piel tipo melanoma empieza en los melanocitos (células de la piel encargada de la pigmentación). Regularmente, el primer síntoma es la aparición de nuevos lunares o cambios que se puedan ir desarrollando en los que ya tenemos.

¿Cómo diferenciar uno normal del maligno?

Hay que prestar mucha atención a los cambios que presentan los lunares, puesto que ellos mismos nos dan los indicios de algo irregular. Martin Falla, oncólogo y especialista en piel, explicó que una forma de identificar esta enfermedad en la piel tipo melanoma, es a través de la técnica del “ABCDE” una herramienta útil para detectar cambios en un lunar normal:

(A) Asimetría

Los lunares comunes, generalmente, son de forma esférica y simétricos, sus partes son similares si se dividen en dos. En el caso de los malignos no es así, son asimétricos y la forma de una mitad no es igual a la otra mitad.

(B) Borde irregular

Los lunares malignos son frecuentemente desiguales, con muescas o borrosos en su contorno. Las líneas no son continuas y no puede definir donde inicia y dónde termina. Crece con bordes salientes y entrantes ya que el pigmento se extiende por la piel.

(C) Color disparejo

Un nevo normal tiene un color parejo y homogéneo. Si se presenta una combinación de colores como: tonos negros, tostado y castaños, e incluso, blancos con rojizos, lo más recomendable es que acuda a su médico de cabecera porque podría tratarse de un melanoma.

(D) Diámetro

Un lunar normal mide entre 2 y 5 milímetros. Si estos llegan a crecer con un diámetro mayor a los 6 milímetros, podría tratarse de un cáncer de piel. Es una de las características más importantes a la hora de la detección de un lunar maligno.

(E) Evolución

Los nevos suelen crecer lentamente y se detienen cuando ya se es adulto. No obstante, los malignos por lo general, salen de forma inesperada y crecen más rápido. En el caso de los existentes, el cambio suele ser veloz en semanas o meses.

Aunque pueden salir en cualquier parte del cuerpo, Falla indica que en el caso de los hombres es más común la aparición de melanomas en la cabeza, cuello y espalda. Mientras que, en el caso de las mujeres su aparición es más frecuente en la espalda y parte inferior de las piernas.

Además de estos cambios para determinar si existe riesgo de tener algunos lunares malignos o peligrosos, se debe considerar si hay algún sangrado, inflamación o comezón. Si observas algún cambio según este método, es fundamental acudir a una revisión por especialistas.

La prevención está en tus manos, así que si eres de los que tiene muchos lunares y continuamente estás expuesto al sol, la recomendación es a que debes hacerle seguimiento para una pronta detección de enfermedades cancerígenas. De coincidir con algún síntoma mencionado anteriormente, acudas a tu médico lo más pronto posible.

Fuentes:

Instituto Nacional del Cáncer

Oncosalud