Vivimos en sociedad, y todo el tiempo necesitamos interactuar con otros. Muchas veces nos toca exponernos a situaciones que pueden generarnos un poquito de ansiedad, como hablar en público arriba de un escenario.

Es normal que ante una situación de extrema exposición nos sintamos nerviosos. Pero algunas personas sufren con la interacción social a tal punto que interfiere en su vida diaria, su trabajo y todas las actividades de su vida. Eso se llama ansiedad social y es mucho más común de lo que parece.

¿De qué se trata? ¿Cómo distinguir la ansiedad “normal” de la ansiedad social? En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber al respecto.

Qué es la ansiedad social

Se trata de una afección crónica de salud mental en la cual todas las interacciones diarias causan temor, inseguridad y vergüenza por miedo al escrutinio o la opinión de los demás.

Como decíamos, estar un poco nervioso antes de una primera cita no es padecer ansiedad social. En cambio, ser incapaz de enfrentar situaciones sociales que nos ponen nerviosos, incluso aunque sean simples como comer en público, entonces es más probable que tengamos este trastorno.

Entonces, la principal diferencia de la ansiedad social respecto del nerviosismo diario, es que la primera interfiere en la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades.

Este trastorno es padecido por entre el 5 y el 13 por ciento de la población. Los estudios al respecto señalan que es más común en mujeres que en hombres (3 a 2), pero ellos son los más propensos a pedir ayuda.

Su inicio es más frecuente en la adolescencia, aunque puede empezar antes o después, y muchas personas no buscan ayuda hasta que la ansiedad social está interfiriendo demasiado en sus vidas.

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Síntomas de la ansiedad social: cómo reconocerla

Pero, ¿qué significa que la ansiedad social interfiere en la vida? ¿Cuáles son sus síntomas concretos? Si bien pueden variar de una persona a otra, estos son los síntomas más comunes que comparten quienes padecen esta condición, de acuerdo a la Clínica Mayo:

- Interactuar con personas poco conocidas o con extraños
- Asistir a fiestas o reuniones sociales
- Ir al trabajo o a la escuela
- Iniciar conversaciones
- Hacer contacto visual
- Tener citas
- Entrar a una habitación donde los demás ya estén sentados
- Devolver artículos a una tienda
- Comer frente a los demás
- Usar un baño público

- Temor a situaciones donde podrías ser juzgado
- Angustia por sentirte avergonzado o humillado
- Temor intenso de interactuar o hablar con extraños
- Temor a que los demás noten que estás ansioso
- Temor a tener síntomas físicos que puedan causarte incomodidad, como sonrojarte, sudar, temblar o que te tiemble la voz
- Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas por miedo a sentirte avergonzado
- Evitar situaciones donde puedas ser el centro de atención
- Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o actividad que te da miedo
- Soportar una situación social con ansiedad o miedo intenso
- Después de una situación social, analizar tu desempeño e identificar fallas en tus interacciones
- Esperar las peores consecuencias posibles de una experiencia negativa en una situación social

- Rubor
- Latidos del corazón rápidos
- Temblores
- Sudoración
- Malestar estomacal o náuseas
- Dificultad para respirar
- Mareos o aturdimiento
- Sentir que la mente se pone en blanco
- Tensión muscular

Qué hacer si padeces ansiedad social

La realidad es que superar este trastorno de ansiedad es bastante complicado sin ayuda profesional. Por eso, el primer consejo si crees que padeces ansiedad social es que consultes con un especialista en el tema.

Independientemente de ello, hay algunas cosas que puedes hacer que pueden ayudar a disminuir el impacto de la ansiedad social en tu vida.

Escribir lo que te pasa todos los días puede ayudarte a entender qué es lo que te causa mayor ansiedad, y de ese modo intentar trabajar sobre ese aspecto concreto.

Administrar bien tu tiempo y tu energía puede ayudarte a vivir más tranquilo y disminuir el impacto de la ansiedad social. Intenta darle prioridad en tu vida a aquello que te hace bien y que disfrutas, y busca siempre el momento de hacerlo.

El consumo de alcohol y de drogas, e incluso de cafeína o nicotina, puede provocar o empeorar la ansiedad. Por lo cual, una buena idea es alejarte de ellas.

Si tienes adicción a alguna de estas sustancias, lo mejor es que recurras a un profesional para lograrlo.

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¿Conocías la ansiedad social? ¿Qué opinas sobre ella? Cuéntanos tus experiencias en los comentarios.

Fuentes:

Actualidad en Psicología

Mayo Clinic