¿Prefieres viajar solo? ¡No eres el único! Una de cada seis personas opta por esta opción según una investigación realizada en 2017 por la Asociación de Agentes de Viajes británicos. El informe arrojó que, lejos de ser el último recurso para los turistas, los viajes de este tipo son cada vez más demandados por las agencias. ¿Todavía tienes dudas para emprender solo esa aventura?. Lee a continuación estos testimonios de viajeros y trabajos científicos que certifican que estás del lado correcto.
1.- ¡Cero estrés!
Para nadie es un secreto que viajar en grupo en algunas ocasiones puede resultar una experiencia estresante. Ponerse de acuerdo, lidiar con caracteres y amoldarse a los gustos ajenos, pueden volver una aventura en una pesadilla.
Cuando viajas solo, dispones de más libertad para elaborar tu cronograma. Priorizas tus gustos, preferencias, horarios y, en definitiva, te conviertes en el dueño de tu propia experiencia. Los recuerdos tienden a durar más tiempo porque estás más perceptivo ante lo que te rodea.
"No tengo que esperar a que otra persona o grupo se prepare o termine la cena. Es tiempo eficiente. Y si no tengo ganas de salir por la noche, no lo hago y no tengo que inventar excusas", comentó al HuffPost UK, la fotógrafa y bloguera, Katya Jackson .
Por otro lado, bajas los niveles de ansiedad al desconectarte de las tecnologías y de tu ambiente rutinario. No tendrás que estar pendiente de nada. Además, como no pararás de recorrer lugares, estarás todo el día activo y eso hará que por la noche duermas bien y descanses más. Te sentirás mejor y alcanzarás el bienestar total.
2.- Ejercitas el cerebro ¡Literalmente!
Al estar solo, tú instinto de supervivencia te hace pensar métodos para adaptarte a escenarios tan simples como: paisajes, sensaciones, aromas, personas y sonidos. Esto, sumado a la necesidad de poder comunicarte a través de otro idioma, estimulan el cerebro volviéndolo más activo y creativo.
José Manuel Moltó, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que viajar cumple con tres principios para lograr entrenar y estimular el cerebro: la novedad, la variedad y el desafío.
"Viajar requiere, principalmente, aprender y memorizar todo lo extraño hasta que todo resulte normal y conocido. Esto es un desafío para tu cerebro y es como un entrenamiento acelerado", dijo Moltó al portal El Diario.
3.- Fortalece el corazón
No solo en el ámbito emocional. Un trabajo científico realizado en Estados Unidos comprobó que viajar reduce el riesgo de padecer infartos de miocardio. Las estadísticas indican que los personas que viajan con frecuencia tienen una probabilidad del 21% más baja de sufrir un ataque al corazón que aquellos que no lo hacen. Esto se debe a la movilidad corporal empleada durante ese lapso vacacional.
Como lo habíamos mencionado anteriormente, viajero solo es igual a más libertad, mayor flexibilidad de tiempo y movilización y, un corazón más sano.
4. Autoestima sólida
Viajar solo es una experiencia beneficiosa para tu salud ya que, gracias a ella, podrás eliminar pensamientos tóxicos y preocupaciones. Vivir nuevas sensaciones que te hagan sentir feliz durante la aventura hará que tu autoestima mejore.
Un estudio realizado por Rebecca Ratner y Rebecca Hamilton de la Universidad de Maryland y la Georgetown Business School, respectivamente, señala que las personas que dedican tiempo a realizar actividades divertidas en solitario se perciben como más seguras. Pues tienen mayor conocimiento de sus gustos y enfrentan el miedo a lo desconocido con mayor facilidad. Además, está comprobado que disfrutan de más y mejores experiencias que aquellos que realizan recorridos con conocidos.
5.- ¡Simplemente te hace feliz!
Tras años de estudios, el psicólogo Thomas Gilovich, catedrático de la Universidad de Cornell, llegó a la conclusión que viajar proporciona mayor felicidad que comprar cosas. La razón es muy sencilla, los recuerdos almacenados más la suma de experiencias, brindan un placer y bienestar a largo plazo. La investigación fue publicada en el Journal of Positive Psychology y afirma que la gratificación instantánea que se obtiene al adquirir objetos como ropa, zapatillas, joyas y tecnología es efímera. En cambio, las experiencias de vida son como una inversión a largo plazo: perduran en el tiempo y prometen un futuro feliz.
“No estoy diciendo que nunca se deba recompensar un par de semanas difíciles con un traje nuevo y una noche de fiesta, pero nuestras mayores inversiones deben ir hacia experiencias que crean recuerdos para toda la vida en lugar de un elemento que va a perder su factor cool dentro unos años”, apuntó Gilovich en su trabajo de investigación.
Esperamos que estos cinco motivos hayan sido suficientes para que te atrevas a emprender esa aventura. Así que, si buscas una ocasión para pensar únicamente en ti mismo, no encontrarás una mejor ocasión que hacerlo durante un viaje individual.
Fuentes consultadas: