El fuerte dolor de pecho y las palpitaciones imparables son síntomas medianamente vinculados al infarto. Lo que no muchos conocen, es que este enemigo del corazón, comienza a darnos señales de llegada con un mes de anticipación. A través de señales un tanto silenciosas y “rutinarias”, esta patología puede advertirte su peligrosa visita.

Según el Instituto del Corazón de Cedars-Sinai de Los Ángeles, relacionar el paro cardíaco con un suceso súbdito es un gran error.

Infarto: 4 señales silenciosas

Aquí enumeramos 4 características asintomáticas de esta disfunción cardiovascular.

Cansancio

Si ante un movimiento físico de poco esfuerzo te sientes agotado, es probable que algo en tu corazón esté funcionando con irregularidad. Es importante que ante este signo, que muy bien podemos adjudicar al estrés o a la época del año, consultes con un médico cardiólogo. La tranquilidad de ver tus análisis en regla no te la dará ningún descanso.

Respiración dificultosa

Atentos quienes sufran de alergias o se consideren fumadores pasivos (y activos, por supuesto!) ya que esta es una de las alarmas más recurrentes del infarto. Esto sucede ya que los vasos sanguíneos comienzan a “prepararse” para este síndrome coronario agudo.Las venas comienzan a “taponarse” y esto trae, en efecto, una dificultad al respirar.

Dolor de espalda

Si bien este síntoma no es “silencioso” (ya que el dolor nos hace chillar más de una vez) es muy poco relacionado de manera directa a los infartos. La mayoría de nosotros posee una mala postura por el uso del móvil o el computador, lo que “silencia” este síntoma de una manera indirecta.

Atención al lado izquierdo del cuerpo

La zona cercana al corazón es la que, con tiempo, comenzará a enviar señales de su mal funcionamiento. Dolores en el lado izquierdo del pecho, del cuello, axila o brazo pueden brindarte una pista. Asimismo el sentimiento de “adormecimiento” u “hormigueo” en la mano izquierda.

Otros síntomas

El dolor de estómago, malestar general, náuseas o mareos son características más conocidas, pero no por ello menos importantes. La palidez, el sudor frío, la tos seca y las dificultades de sueño también lo son. Lo más importante, siempre, es hacerse un chequeo con el médico de tu confianza de forma anual. Cuidar los hábitos alimenticios, realizar ejercicio, controlar la sal pueden ser los consejos aliados para una vida plena y sana. Asimismo abandonar el cigarrillo y el exceso de bebida alcohólica.

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