Siempre es bueno verle el lado positivo a todo, de ahí la importancia de nuestro crecimiento a nivel personal y la madurez que vamos adquiriendo con cada experiencia vivida.El Principito es una de esas historias que siempre tiene vigencia, que no pierde importancia, por algo es el libro más vendido en toda la historia y el cual se tradujo en más de 180 idiomas, sin duda un tesoro literario que no debemos dejar de leer y sobre todo sustraer de él , las lecciones tan valiosas que nos enseña.En 1935 Antoine de Saint en su autobiografía, la cual tituló Tierra de hombres, nos cuenta como se estrelló su avión en el desierto del Sahara, todo por tratar de romper un récord de velocidad, perdió su rumbo en el desierto pues los mapas que poseía eran muy viejos y debido a ello por la deshidratación tanto él como su copiloto empezaron a tener alucinaciones.El Principito tiene mucha similitud con esta historia, donde difícilmente se puede percibir cuando es ficción o realidad. Tantos momentos que pudieron vivir en esta travesía y que nos deja un legado muy importante que debemos tomar en cuenta.

No te dejes llevar de las apariencias

Saint-Exupéry nos invita a mirar un poco más allá, a no dejarnos llevar por lo que vemos, sino aprender a conocer las personas y comprender que en este mundo cabemos todos, no es necesario señalar ni juzgar a los demás, debemos valorar a cada quien como es.

No exijas tanto

Saber comprender las limitaciones de los demás y tener nuestras expectativas bien claras, es algo que Saint-Exupéry enfatiza. Ya que todos  podemos estar en capacidad de dar o recibir, pero exigir algo sin pensar si se puede o no, simplemente pone en aprietos a otros y nos causa desilusión, debemos ser razonables.

Miremos nuestros errores, antes de ver los de los demás

Qué fácil es criticar a los demás y qué difícil nos resulta comprender nuestros errores, es hora de empezar a mirarnos nosotros mismos, a empezar a corregir lo que no estamos haciendo bien, antes de pretender que los otros cambien o hagan algo que ni nosotros mismos somos capaces.

Saber valorar lo que tenemos es sinónimo de felicidad

La felicidad está más cerca de lo que suponemos, está dentro de nosotros, en apreciar lo que tenemos y comprender lo afortunados que somos.

La vida es para vivirla

El valor de la vida no está en lo que tienes, sino en la manera cómo la vives, así que no desperdicies tu tiempo, vive.

Cultivemos las buenas relaciones

Acompañar, amar y entregar, compartir y sonreír, son demostraciones de afecto que con el tiempo sin duda te pueden servir, pues todos  necesitamos de todos.

Aprecia lo que tienes

Acumular riquezas y descuidar lo verdaderamente esencial, nos roba el privilegio de vivir como se debe hacer. La avaricia es algo que si permites en tu vida, te arruinara.¡Simplemente aprende a ser feliz!