Cerca de la residencia de una chica, trabajaba un hombre como empacador en un pequeño supermercado de la localidad. El muchacho tenía síndrome de Down, y nunca hubo ningún inconveniente. Un día sin embargo, mientras pagaba por los productos adquiridos, ella fue testigo del siguiente hecho.Lo narró de la siguiente manera: Básicamente me encontraba en la caja, cuando amablemente el chico me preguntó que si quería que me empacase los productos en bolsas de tela, respondí afirmando con la cabeza, pero le pedí que por favor cambiase la bolsa pues esa tenía un agujero. En ese momento una mujer irrumpió-¡Dense prisa por Dios!, a lo que yo replique:- Acabo de realizar el pago, él lo está haciendo bien.-Es decir que eres igual de lenta que él ¡qué cosas!, los anormales deberían dejarnos en paz a los demás- profirió-¡Ella es inteligente! Interrumpió el chico abruptamente, ¿acaso no ves que acude a la universidad?- Dijo mientras señalaba con su índice derecho el emblema universitario plasmado en mi franela. Ella sí que es lista señora.Fue en ese entonces cuando sentí la imperiosa necesidad de apoyarlo-Y este chico es el mejor trabajador de toda la tienda. Su labor es impecable, y amable como ninguno- El muchacho terminó de empacar las cosas y tomo la determinación de ayudarme a llevar las cosas al carro.-¿Y ahora se supone que la vas a seguir? ¡Habrase visto alguna vez semejante criminal! Necesito dirigirme a su jefe de inmediato, increpó a la cajera.Conteniendo mi molestia solté: - Señora, en verdad estoy por irme. ¿De veras considera necesario platicar con el encargado por algo que yo misma le solicité al joven?-Que tengas un buen día- dijo el muchacho. Cuando de repente escuché: ¡Mongolo!Hasta ese entonces la chica encargada de administrar la caja no había dicho palabra alguna, pero entiendo que todos tenemos algún límite: -Señora, bajo ningún concepto podemos aceptar que usted tome ese comportamiento e insulte a los trabajadores-.La señora enloqueció. Hasta un estante tumbó, y tuvo que intervenir la policía. Nosotros nos resguardamos en el cuarto de limpieza. A la semana siguiente regresé, y fui recibido cortésmente con la sonrisa inocente de aquel muchacho. En ella me demostraba su aprecio.A pesar de no ser sencillo tenemos la labor de educar a las personas en que no podemos clasificarnos en “normales” o “anormales”, solo somos personas. El programa “Gente maravillosa” del Canal Sur, ha realizado un video en el cual evidencia algunas situaciones discriminatorias que atraviesan personas Down.