En el Océano Índico se encuentra aislada del mundo exterior desde tiempos ya bastante lejanos una isla conocida como “Sentinel del Norte”.Sus pobladores actualmente no desean tener el más mínimo contacto con personas ajenas a la isla, así lo han demostrado al repeler con una lluvia de flechas a cualquiera que intente el más mínimo acercamiento.Los habitantes de esta isla son bastante primitivos, pareciera que aún estuviesen viviendo en la edad de piedra todavía, además defienden de una manera bastante hermética y misteriosa todo lo que rodea su cultura así como sus costumbres. Cabe destacar que esta tribu no debería entrar en contacto con la civilización moderna, pues correrían el peligro de extinguirse.Entre las distintas visitas que se han realizado a la Isla Sentinel del Norte, hay dos en particular que merecen ser relatadas, la primera se realizó en el siglo XIX cuando distintos barcos intentaron desembarcar en la isla, pero no tuvieron éxito, en todas las ocasiones siempre fueron recibidos con una lluvia incesante de flechas que los hacía emprender la huida.El segundo caso data del año 1897 cuando un grupo de policías llegó a la isla buscando a un prófugo de la justicia. En efecto, lo encontrarían en mitad del bosque, pero para su sorpresa, el cuerpo de este delincuente yacía sin vida, con la garganta cortada y su cuerpo totalmente cubierto de flechas, ante esta escena tan perturbadora, los policías huyeron de inmediato.Se dice que esta Isla sólo mide 72 kilómetros cuadrados, y que su población viene a ser de aproximadamente 400 habitantes.A pesar de que distintos investigadores han intentado en numerosas ocasiones establecer un contacto pacífico con los pobladores de la Isla Sentinel del Norte a través  de distintos regalos que les han ofrecido, así como de conductas bastante cordiales, no han tenido éxito, la actitud de los habitantes de la isla siempre ha sido indiferente y en algunos casos hostil y amenazante.En el año 1991 un científico de la India logró atraer la atención de los habitantes de la Isla, este investigador les arrojaba unos cubos rojos de plástico que legó a intrigar bastante a los pobladores, a pesar de que durante recolectaron estos cubos que aparecían en la orilla de la isla, siempre se negaron a interactuar así como a permitir el acercamiento de los científicos.Realmente resulta increíble de creer que en pleno siglo XXI existen aún poblaciones como ésta que desconoce de todos los avances tecnológicos que ha tenido la humanidad, pareciera ser que la Isla Sentinel del Norte se congeló en el tiempo , quedándose en un pasado muy lejano.